La Sede del Pacífico realizó dos jornadas de reflexión sobre el trabajo de los proyectos de acción social y los retos de desarrollo que enfrenta la región Pacífico Central. Las II Jornadas de Acción Social se realizaron este 23 y 24 de octubre en las instalaciones de la Sede, con un concurrida participación de la comunidad universitaria.

Durante las jornadas se realizaron seis mesas de discusión en las temáticas: Educación de Calidad; Paz, Justicia e Instituciones Fuertes; Reducción de la Desigualdad y Fin de la Pobreza. Cada eje temático corresponde con uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible Organización de las Naciones Unidas.

María José Quesada, coordinadora de Acción Social, explicó que las jornadas son parte del trabajo universitario para construir una agenda conjunta para la resolución y abordaje de problemas concretos especialmente en áreas como la artística, ambiental, económica, tecnológica y educativa, en comunidades como Cóbano, Islita, Isla Caballo, Isla Chira, Miramar, Esparza, Orotina, Jacó, Quepos, Pitahaya, Guacimal y Monteverde.

“Se necesita resaltar la importancia que tiene la Acción Social como un pilar fundamental de la Universidad Pública en nuestro país. Debe reconocerse con carga académica la labor que cada profesor realiza en las comunidades de la región, apoyar con recursos suficientes las actividades que permitirán al ciudadano de la región Pacífico central mejorar su economía familiar, ampliar su formación académica, y sobre todo ayudar a reducir las brechas sociales que siempre los han consumido en la pobreza”, agregó.

En la actividad participaron personas coordinadoras de proyectos, así como invitados del Programa del Estado de la Nación (PEN), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), la UNESCO y la Escuela José Ricardo Orlich. También se contó con la participación de personas participantes de proyectos artísticos de acción social de la sede, como la Etapa Básica de Danza (EC-430) y el Grupo de Teatro UCR (EC-145).

Por parte de la Escuela José Ricardo Orlich, ubicada en Chacarita de Puntarenas, asistieron la directora Elena Arguedas Sánchez, la facilitadora de ciencias Carmen Espinoza y Coraima, estudiante de cuarto grado. Ellas expusieron el modelo educativo de este centro educativo, enfocado en la relación con el mar y las necesidades de la región puntarenense

“La importancia de adaptar la educación a las necesidades de las distintas regiones, es que cada estudiante o la comunidad educativa pueda contextualizar su región, la conozca mejor y le vea el trasfondo desde la sociedad local”, explicó Arguedas. En Chacarita esto se traduce en educación sobre la pesca, a la cual la escuela le da un enfoque sostenible ambiental y económicamente.

“Me gustó mucho la participación: me sentí como en casa. Me gustaron mucho las preguntas que se hicieron, porque sentí que las personas se interesaron por el tema”, agregó la directora. Su trabajo se relaciona con el proyecto Redescubriendo Puntarenas (EC-415) coordinado por la docente Stefanny Forester Delgado, que trabaja con el Parque Marino del Pacífico.

Daniela Rojas Mora, estudiante de Dirección de Empresas, participó como expositora y como parte de la organización. Ella comentó que involucrarse con la acción social ha sido un proceso enriquecedor, pues le ha abierto un nuevo panorama y una nueva experiencia.

“Uno como estudiante no se da cuenta de la cantidad de proyectos que hay a través de la acción social. Muchas veces escuchamos pero no indagamos, nos enteramos de boca a boca y decimos “que importancia tiene que eso exista”, porque no nos habíamos enterado de la importancia de ello. Siento que las jornadas de acción social son un potenciador de conocimientos o experiencias para con las personas y las comunidades”, explicó.

“Es a través de la Acción Social que la Universidad debe estudiar y contribuir al abordaje de los problemas del país, y nos compete a nosotros contribuir por mejorar las condiciones sociales de la región en que nos destacamos. Profesores y estudiantes estamos llamados a participar en la ejecución de proyectos para aportar nuestro granito de arena con una de las zonas más reprimidas y vulnerables de Costa Rica”, concluyó Quesada.