Pasar al contenido principal

TCU busca visibilizar rol del cuidador informal

Fecha de publicación:


Mar, 19/06/2018

|

Autoría:


Esteban Hidalgo Pena (Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social)

img-noticia-Los estudiantes de farmacia, Camila Angulo y Ariel Hernández, impartiendo un taller junto a sus compañeros Taller con adultos mayores y sus familiares en Guadalupe de Cartago. Foto: TCU Ayudando al que cuida

Los estudiantes de farmacia, Camila Angulo y Ariel Hernández, impartiendo un taller junto a sus compañeros Taller con adultos mayores y sus familiares en Guadalupe de Cartago. Foto: TCU Ayudando al que cuida

Desde hace cinco años, Hilda Aguilar Valverde, vecina de Goicoechea, ha tenido que dividir su trabajo como ama de casa en dos hogares diferentes. Asimismo, sus días consisten en brindar cuidado a su suegra de 78 años y a su cuñado que tiene discapacidad cognitiva, labor que consume la mayoría de su tiempo y energía.

Además de  limpiar la casa, lavar los baños, suministrar los medicamentos, coordinar las citas, retirar la pensión y bañar a estos familiares, Aguilar debe regresar a realizar el oficio y preparar la comida a su propia casa, lugar donde vive con su esposo, uno de sus hijos, su nuera y tres nietos.

“Es cansado, es cansadillo, pero ya yo me acostumbré, ellos se acostumbraron a mí y ahí todos nos hemos ido acomodando, solo somos nosotros, somos muy poquita familia, no hay familia casi”, afirma la ama de casa.

Hilda Aguilar forma parte de uno de los grupos más invisibilizados en el sector salud, los cuidadores informales. Población que se encarga del cuido y atención de personas sin que medie un salario de por medio; está formada, en su mayoría, por familiares de las personas cuidadas y exhibe una gran recarga de labores.

Este es el análisis de la profesora Sofía Segura Cano, encargada del proyecto del Trabajo Comunal Universitario (TCU) de la Universidad de Costa Rica (UCR) Apoyando al que cuida (TC-664) , iniciativa que brinda formación y acompañamiento a cuidadores y cuidadoras informales desde hace 2 años .

El proyecto tiene como objetivos la correcta capacitación de estos grupos en temas de salud y autoayuda así como el fomento de una cultura de cuido en las comunidades.

Entre las y los cuidadores, existe un desgaste generalizado, consecuencia de las complicadas dinámicas sociales y culturales que permean su trabajo.  Segura, profesora de la Escuela de Medicina, denomina esta dolencia como síndrome del cuidador quemado.

“Recargan mucho a la persona cuidadora, hasta el punto de que ella casi que se olvida de sí misma para atender a la persona cuidada y al final de cuentas, lo que tenemos son dos personas en una condición no óptima”, explica la docente.

El TCU ha impartido talleres en Goicoechea, Barva, San Vito de Coto Brus, Cartago, Coronado y Montes de Oca; en temas como salud mental, cambios durante el envejecimiento, movilización de personas encamadas, salud bucal, uso de medicamentos y auto-cuidado.

El proyecto también ha visitado escuelas y realizado actividades intergeneracionales con niños de preescolar y sus abuelos. Entre los centros educativos visitados se encuentran: el Centro Infantil Laboratorio, la Escuela Jesús Cubero y la Escuela Estado de Israel. 

El proyecto se vincula directamente con las personas cuidadoras por medio de las Redes de Cuido en las diferentes comunidades. La Red de Cuido de Personas Adultas Mayores de Goicoechea atiende a 140 adultos mayores, de estos, la mitad cuenta con cuidadores informales. Así lo confirma la doctora Ana Gabriela Fallas Gamboa, coordinadora de la red y funcionaria de la Dirección de Salud de Goicoechea, quien asegura que aparte del importante desgaste que exhibe esta población, una vez que sus familiares fallecen, muchos se quedan sin los subsidios del estado o un trabajo estable. 

La labor de buscar e incorporar a las y los cuidadores dentro de las actividades no es tarea fácil, ya que muchos, por la misma naturaleza de su trabajo, no tienen horarios flexibles.

Segura también destaca que dentro de la labor existe un importante factor de género, ya que la mayoría de personas cuidadoras son mujeres. De acuerdo con la docente, esto se debe a que en muchos hogares el deber de atender y curar se le asigna de forma automática las mujeres.

De acuerdo con el vigésimo Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible del 2013, en promedio mientras las mujeres le dedican 42 minutos por día a las labores de cuido, los hombres le dedican 24. Este tiempo aumenta con rapidez en las mujeres conforme se acercan a la edad reproductiva, y alcanza un máximo de 1,6 horas diarias a los 32 años. Fuente: Encuesta de Uso del tiempo en la Gran Área Metropolitana del 2011.

Sofía Chávez Peñaranda, estudiante de Derecho y una de las 23 estudiantes matriculadas en el TCU, comenta que no hay dos casos iguales y que otro objetivo del proyecto es poder crear un espacio en el cual estas mujeres puedan encontrar apoyo y compartir sus historias.

“Ellas han logrado levantar a otras que tal vez están más abajo, hay unas que son más fuertes, hay unas que llevan menos tiempo o que llevan mucho tiempo pero lo han llevado más tranquilo y han podido manejar las situaciones y hay otras que se están ahogando”, añade la estudiante. 

En su caso, la Red de Cuido le proporciona a Hilda Aguilar artículos de uso e higiene personal, alimentos y un monto de asistencia domiciliar para ayudar a pagar ciertas necesidades. En cuanto al cuido, confirma que la única ayuda que recibe es la de su esposo durante los fines de semana, y la de otro cuñado que vive en condición de calle. Algunas vecinas, se quedan con sus familiares mientras ella va a sus propias citas, pues padece de diabetes e hipertensión arterial. 

Sin embargo, afirma que ha encontrado apoyo en otros cuidadores y cuidadoras dentro de la red. Uno de estos es Nelson Chévez Chavarría, que prescindió de su trabajo para cuidar a su madre en estado senil.

Chévez asegura que lo más difícil de iniciar un proceso de cuido es la falta de organización y el no saber a quién acudir por ayuda. También revela que existe un importante proceso de asimilación, en el cual tuvo que aprender a ser tolerante y a entender su nuevo rol, así como el de otras personas en necesidad de cuido.

Aunque Chévez forma parte de una minoría masculina dentro de las personas cuidadoras, la doctora Segura afirma que su labor es igual de indispensable. “Si hablamos de [solo] cuidadoras estaríamos excluyendo a una minoría que es muy valiente y que tiene un papel muy importante”, concluye la docente. 

Además de llenar fuertes vacíos de información, el TCU también ha realizado cine foros, talleres del manejo del estrés y actividades recreativas para los adultos mayores y sus familias.

| Noticias relacionadas |

Por temática

Ver más
El Cancer puede prevenirse
Centro de Investigación realiza pruebas accesibles para...

03/Feb/2023  | 

El Centro de  Investigación en Cirugía y Cáncer (CICICA) de la Universidad de Costa Rica (...
El CAP Busca formar estudiantes que puedan responder desde la intervención clínica psicológica a las necesidades psicosociales de los residentes en Costa Rica, a través de actividades profesionalizantes de calidad y articuladas a la proyección comunitaria. Fotografía tomada del portal de la Escuela de Psicología.
Estudiantes avanzados de psicología brindan atención...

16/Jun/2020  | 

El CAP brinda atención clínica psicológica a personas residentes en Costa Rica, cuyos recursos económicos les impiden acceder a este tipo de servicios de...

| Comentarios |