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| María Eugenia Dengo: Apasionada de la educación costarricense |


Fecha de publicacion:

Vie, 23/11/2018 - 09:42

Nacida en el seno de una ilustre familia de educadores, María Teresa Obregón y Omar Dengo Guerrero, el 9 de setiembre de 1926 la ciudad de Heredia dio a luz a una mujer que dejaría marcado su legado en la historia de la educación costarricense: María Eugenia Dengo Obregón.
Siendo muy joven le dijo si al llamado que la Dra. Emma Gamboa Alvarado para sumarse como docente en la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica (UCR), era el año 1950.
Desde entonces, Dengo Obregón ocupó diversos cargos en la UCR, y en todos ellos se propuso hacer los cambios significativos que requería la universidad pública nacional, dela que siempre se declaró su gran defensora.   "He de decir que las universidades públicas-estatales son mi pasión y mi cariño”, dijo en 2010 en un entrevista para un documental realizado como homenaje a su pensamiento.
En 1974, Dengo fue nombrada como la primera vicerrectora de Acción Social de la UCR, uno de los cambios más importantes surgidos del III Congreso Universitario de 1972.  Gracias a su gestión se organizó el Trabajo Comunal Universitario al que consideraba esencial y necesario vínculo entre la universidad y la sociedad.
Para reconocer sus aportes, mediante Resolución R-23-2018 la UCR creó el “Premio María Eugenia Dengo a la labor destacada en la Acción Social del personal docente” para reconocer el trabajo de personas comprometidas en realizar contribuciones significativas para generar cambios por el bien común mediante proyectos o programas inscritos en la Vicerrectoría de Acción Social.
Este es el primer galardón que llevará el nombre de una mujer, una que durante su larga vida procuró generar esos cambios para mejorar las condiciones en la formación de docentes y los procesos de enseñanza-aprendizaje aplicados en las aulas.
Este premio se entregará por primera vez este miércoles 28 de noviembre del 2018 en al auditorio del Edificio de Educación Continua, a las 10 a.m. 
Siempre se definió a si misma como una maestra, que aprendía más de niños y jóvenes más que de las teorías.  "La obra del maestro que no desaparece nunca es aquella obra que se funda en el amor al discípulo", dijo en el año 2010.
 
Texto: Eduardo Muñoz, eduardo.munoz@ucr.ac.cr
Fotografías: familia Vargas Dengo con retoques fotográficos de Laura Rodríguez