La Universidad de Costa Rica (UCR) capacitó a más de 300 mujeres oriundas de la zona de Nandayure, Guanacaste con el fin de que puedan desarrollar sus iniciativas productivas locales, mediante un proceso de formación sostenida por más de un año, liderado por estudiantes de diversas disciplinas de la Sede de Guanacaste.

Mediante el proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) TC-592 Programa Capacitación económica y social a las comunidades y microempresarias de la zona de Guanacaste, se capacitó a cuatro agrupaciones: Llama del Bosque, el Bombón Azul, el Grupo de la “Y” Griega y Semilla de Esperanza que suman un total de 300 mujeres adultas y adultas mayores, quienes adquirieron conocimientos para generar y mantener proyectos socioproductivos dentro de sus comunidades.

“Ahora me alegro de ver que otros grupos han podido ir saliendo hacia adelante porque la UCR sí ha podido desplazarse hasta acá, porque en realidad, tanto por la distancia como por lo económico, es bien difícil para las mujeres ir hasta allá, el grupo de nosotros tiene varias cosas en las que trabaja”, destacó Ruth García, coordinadora del grupo Semillas de Esperanza, que se especializa en la comercialización de arreglos florales. 

Según Rolando Salas, coordinador del TC-592 “Uno de los mayores logros que ha tenido este proyecto es la integración comunal, porque empresas que tenían sus negocios aparte que se hacían competencia, terminan fortalecidas y trabajando en conjunto para un bien común”. Otro de los logros ha sido el intercambio de conocimientos entre los y las estudiantes y las mujeres de la zona de Nandayure para cumplir con el compromiso social de la Universidad.

Los beneficios de las capacitaciones se ven reflejados en el testimonio de las mujeres que fundaron la empresa Llama del Bosque, un grupo que está en proceso de especialización en la confección de pastelería.  “Nos estamos despegando de las rutinas diarias; toda la vida he compartido mucho con comunidades. Nos organizamos entre todas, sin tener ninguna ganancia para nosotras, todo lo poquito que ganamos lo vamos invirtiendo en comprar trastes, en comprar todo lo que necesitamos”, destacó María Loaiza una de las integrantes de esta agrupación.

Por su parte, las y los estudiantes universitarios comentan que el proyecto de TCU les dio la oportunidad de compartir lo aprendido en las aulas universitarias y ponerlo en práctica. “Me parece importante ayudar a las comunidades a sobresalir porque se ha dejado mucho de lado estas comunidades de parte de la Municipalidad y quizá otras entidades”, comentó Abraham Gallo, estudiante de Contaduría Pública de la UCR.

Para más información sobre el TC-592, puede contactar al responsable al correo guido.salas@ucr.ac.cr o al 2511-0647.

*Con información y entrevistas suministradas por Vania Solano Laclé, Asesora de TCU.