En verano Isla de Chira es mujer
Las y los participantes de la visita a Isla de Chira compartieron sus reflexiones sobre el proceso. Foto: Angélica Castro.
Cuentan los lugareños que la Isla de Chira fue una vez un regalo de bodas. Por eso se llama “de Chira”, porque le perteneció a una mujer indígena. La tradición se conserva, pues actualmente es un espacio lleno de iniciativas, lideradas e impulsadas por mujeres.
Organización, resistencia y sororidad integradas a la dinámica única de una isla. Estos fueron los principales aprendizajes para las personas que participaron de un encuentro en Chira, organizado en el marco de la Escuela de Verano 2018. El grupo unió a estudiantes, docentes y personal administrativos de universidades de distintos países latinoamericanos.
Del 23 al 25 de marzo, 24 personas compartieron la experiencia de cinco organizaciones distintas. La Asociación Ecoturística La Amistad y Chira Rural Tours abrieron las puertas a sus emprendimientos turísticos. La Asociación de Mujeres Artesanas y la de Ostras Chira mostraron el fruto de su trabajo y la Asociación Mixta de Pescadores de Montero Isla de Chira permitió colaborar del proceso de restauración ecológica del manglar que desarrollan.
“Se elije la comunidad de Isla Chira pensando en el proceso que ellos tuvieron de más de diez años con el Programa de Desarrollo Costero de la Universidad Nacional (UNA), donde se fortalecieron muchos de los proyectos visitados” explica Javier Madrigal Córdoba.
Madrigal es docente de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica (UCR) y actualmente dirige el proyecto de Trabajo Comunal “Gestión Social en las Comunidades del Pacífico” (TC-632), que trabaja en Chira para fortalecer una agenda construida por la comunidad.
La unión de proyectos incipientes y de larga trayectoria pretendía favorecer una reflexión crítica sobre la extensión universitaria en las comunidades.
Karen Quirós Cruz es parte de Chira Rural Tours, que nace del proyecto familiar Hotel Isla de Chira, ubicado en Palito. Ella estudió turismo en la UCR y volvió a Chira con el objetivo de fortalecer el turismo rural comunitario de la isla, junto con los proyectos existentes.
“La idea es apoyar a estas mujeres, porque la mayoría de proyectos están liderados por mujeres, y ayudarles a caminar en este proceso de turismo rural comunitario. Ellas han trabajado en la comunidad por mucho tiempo y la idea es colaborar en la parte profesional, del turismo, del servicio al cliente” explica.
Macarena Espinoza Romero, ingeniera agrónoma de la Universidad de Chile, decidió participar de la Escuela para conocer el trabajo entre las universidades de Costa Rica y las comunidades. “Yo ya me había enterado de que han generado un vínculo muy importante, han desarrollado muchos proyectos de extensión y además utilizan muchas propuestas metodológicas que para un país como Chile es muy importante conocer”, explicó.
“Me llamó mucho la atención la vigilancia ambiental y cómo ellas han asumido un rol de protección de la isla, de protección de los recursos y respeto hacia su territorio. También el nivel de organización y los lazos que han formado entre las mujeres que participan del proyecto”, comentó acerca de la experiencia.
Daniela Alpízar Hidalgo, estudiante de la carrera de Planificación Económica y Promoción Social de la UNA, destacó la equidad entre estudiantes y docentes, que se han visto como extensionistas -concepto equivalente a la persona que realiza Acción Social-, que trabajan desde diferentes realidades. Además, resaltó que a partir de la gira nace una buena oportunidad para plantear proyectos futuros y cómo se pueden gestionar desde las universidades.
“No deja de ser un desafío que las universidades tenemos que trabajar más en conjunto para poder llegar más a la población. Además tener un producto tangible a corto plazo, porque a veces los tenemos pero muy a corto plazo y de forma desorganizada”, apuntó.
Javier Madrigal destacó el valor de la visita para ver un impacto palpable de los proyectos de las universidades e instituciones públicas. “Creo que era importantísimo dentro de la Escuela de Verano reconocer ese trabajo y observarlo, sobre todo porque a veces no evaluamos esos procesos a largo plazo”, concluyó.
| Comentarios |