TCU aborda gestión de recursos marinos, ambientales y riesgo en comunidades costeras del sur
En Playa Zancudo, estudiantes del TCU realizan monitoreo de microplásticos. Foto cortesía del TC-770.
En un esfuerzo por fortalecer y empoderar a las comunidades, el Proyecto “Acompañamiento en territorios rurales y costeros” (TC-770) brinda recursos y capacitación a organizaciones locales y personas líderes de comunidades del sur de Costa Rica, específicamente en Golfito, Osa y Puerto Jiménez.
María José Rodríguez García, docente de la Sede de Golfito y coordinadora del proyecto, destacó cómo su experiencia de trabajo con pescadores le ha permitido enfocar las actividades del proyecto en: gestión de recursos marinos, emergencias y gestión del riesgo, así como en conservación del medio ambiente. Dentro de las principales acciones y logros, Rodríguez destaca el desarrollo de una aplicación para guardacostas, capacitación y monitoreo de microplásticos, la creación de un plan de gestión del riesgo y la lucha por la legalización de la extracción de la piangua.
Aplicación para Guardacostas
En colaboración con estudiantes de informática empresarial, se ha desarrollado una aplicación para los guardacostas que les permite reportar incidentes y mantener bitácoras en el mar de manera segura, utilizando una base de datos que facilita el seguimiento de eventos importantes. Por otra parte, junto con el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), se capacitó a estudiantes para el monitoreo de microplásticos en las playas de Pavones, Langostino y Zancudo, esfuerzo que busca ayudar en la investigación de estos contaminantes emergentes presentes en los ecosistemas costeros.
Gestión del riesgo y Piangua
El proyecto además se encuentra trabajando con la Comisión Nacional de Emergencias en la elaboración de planes de gestión de riesgo de desastres naturales como inundaciones, desarrollando planes locales adaptados a las necesidades de cada comunidad. Además, se trabaja con entidades como el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA) y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) para promover la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, en este caso la legalización de la extracción de la piangua con un adecuado plan de manejo y desarrollo de la actividad, para aumentar los ingresos de las personas pescadoras sin dañar el medio ambiente, específicamente el manglar.
Betsabé Ceciliano Ureña, estudiante de Economía Agrícola, quien participó en este proyecto de Trabajo Comunal Universitario, describió la experiencia como positiva en el ámbito profesional, ya que se ha acercado a aplicar la teoría a la práctica: “El TCU se caracteriza por tener un enfoque muy proactivo y muy comprometido con el servicio comunitario y la responsabilidad social con la promoción de prácticas sostenibles y la conciencia ambiental, fomenta el aprendizaje, por medio de experiencias y el desarrollo de habilidades prácticas dándonos oportunidades para crecer tanto personalmente cómo profesionalmente” detalló.
Ceciliano destacó otras actividades impulsadas por el proyecto como por ejemplo talleres de compostaje en los cuales se han llevado a cabo talleres prácticos de compostaje y reciclaje a asociaciones de mujeres recicladoras, para promover prácticas sostenibles y el manejo adecuado de residuos; además de talleres de inglés en escuelas; fabricación de candelas ecológicas como alternativa sostenible a las tradicionales, reduciendo así el impacto ambiental negativo asociado con la quema de materiales contaminantes; y huertas orgánicas especialmente en escuelas locales, fomentando la educación ambiental y proporcionando alimentos frescos y nutritivos a la comunidad estudiantil.
Finalmente, Ceciliano narra cómo en la comunidad de Coto se está trabajando en la creación de una atracción turística e histórica, en la que se destaca la recuperación de la memoria referente a la batalla de Coto, un evento significativo en la historia de Costa Rica relacionado con la pérdida del territorio de Bocas del Toro.
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