“Chepita y el mar”, un documental de Gabriela Hernández Hernández que contó con el apoyo de la Vicerrectoría de Acción Social, ganó el premio como Mejor Corto Documental en la recién pasada XIX Muestra de Cine y Vídeo Costarricense. Hernández nos habló sobre la producción de este documental y su importancia para la sociedad.

• ¿Cuál fue su inspiración para realizar 'Chepita y el mar'?

El propósito del documental era captar las vivencias y recuerdos de personajes entrañables de Guanacaste alrededor de los tradicionales campamentos de playa, una práctica que está desapareciendo debido a los cambios que experimenta la provincia.  Se partió de la tesis de que son verdaderos tejidos culturales los que se forman alrededor de ciertos espacios y dinámicas.  Si reconocemos eso, si lo valoramos, entonces vemos la importancia de preservarlo o defenderlo.
Conocí a Josefa "Chepita" Lara Viales en el proceso de recolección de historias, una señora con una claridad y sabiduría impresionantes, con un verdadero amor y aprecio por su tierra y su cultura; contaba historias con mucha facilidad y convicción; además, tiene muy buena memoria. Vimos fotos de los paseos y una en particular, en blanco y negro, en la que ella aparece joven y hermosa, rodeada de ollas y enseres en el campamento de playa Iguanita, me conmovió mucho. Decidí ir con Chepita exactamente al mismo lugar donde se había hecho esa foto.

• ¿De qué trata el documental?

Chepita estaba viviendo y disfrutando de nuevo en esa playa maravillosa, una de las pocas que quedan en Guanacaste para acampar. Encontró amigas de infancia y hasta familiares ese día en la playa, y todos esos encuentros o escenas no planeadas, completamente espontáneas, fueron grabadas. Lo que quería era transmitir ese vínculo tan fuerte y vital de Chepita con su entorno, con ese paisaje, con esa tradición, con el recuerdo, con la memoria. El corto cierra con la foto de Chepita, años atrás, en ese mismo lugar. Es muy nostálgico y eso toca la mente y el corazón.

• ¿Cuál es la proyección de la Acción Social en el cortometraje?

Tiene que ver con el rescate y la defensa de esas tradiciones, de esas prácticas identitarias, visibilizar esas culturas y personajes que están ahí, muchas veces sin re-conocimiento. Este es un homenaje a Chepita y a personajes como ella, a su dignidad, a todo lo que representan.
Otro aspecto que vale resaltar es el de la diversidad cultural, asumirnos como un país multicultural, pluriétnico y que se vea como algo más bien enriquecedor. La diversidad de expresiones es clave ante la ola globalizadora que tiende a uniformar u homogenizar.

• ¿Cuáles son las satisfacciones que le deja la producción de 'Chepita y el mar'?

Plasmar o fijar esas imágenes para el reconocimiento de esos procesos y vivencias y que lleguen a la gente. Me impresiona la reacción de la gente joven, para ellos y ellas resulta muy revelador, pero al mismo tiempo es como si supieran que hay algo, muy en el fondo, que tiene que ver con ellos y ellas, que ha estado siempre ahí.
En cuanto a lenguaje cinematográfico, creo que un logro es la economía de recursos, tecnológicos y de lenguaje. Se pueden hacer cosas muy simples y profundas a la vez, no como una pretensión, sino como una convicción, un estilo pero muy interiorizado. Me gusta el cine mínimo, honesto, personal.

• ¿Qué significado tiene este premio para usted y para la Acción Social?

Es importante para que se amplíe la idea de que un documental no es necesariamente algo institucional, objetivo, grave, sino que podemos plantear temas de mucha vigencia y seriedad, con un tratamiento más cinematográfico. Para mí se trata de humanizar esos temas, despojarlos de cifras o datos y volverlos más vivenciales.
Además, me parece importante decir que estas alianzas entre productoras independientes como la mía, Latica de Película, e instituciones públicas como la Universidad de Costa Rica, son muy saludables y convenientes. En un país sin una Ley y un Fondo cinematográficos, hay que aunar esfuerzos cuando se comparten objetivos, como en este caso. Agradezco la visión y el compromiso de la VAS-UCR en esta iniciativa.

La documentalista Hernández recibió apoyo de la Vicerrectoría de Acción Social mediante la facilitación de transporte, viáticos y honorarios para editores, equipo de proyección y sonido, técnicos y choferes, tanto durante la producción como en la edición y difusión de la serie de 12 cortometrajes documentales de los que forma parte 'Chepita y el mar'. Además, en la etapa de difusión se le contrató un cuarto de tiempo para organizar actividades de proyección y conversatorios en comunidades.

Fotografías: cortesía de Gabriela Hernández, documentalista