Hablar de niños y niñas felices y capaces de explorar su potencial es parte del trabajo que todos los días realizan las personas profesionales que laboran en los Centros Infantiles Universitarios (CIUS), un programa de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (UCR), que tiene atiende a 268 infantes menores de seis años de edad.

El objetivo del programa es contribuir al desarrollo de las habilidades y potencialidades de la niñez; con el fin de formar personas creativas, libres, solidarias y con sensibilidad social. Cada CIU es un laboratorio para la aplicación de innovaciones educativas y formativas, con el apoyo de la Docencia, la Investigación y la Acción Social (VAS). Actualmente, la UCR cuenta con cinco centros en las sedes Rodrigo Facio, Caribe, Guanacaste, Occidente y Atlántico, que orientan su trabajo cotidiano a la atención de la primera infancia con servicio educativo con un enfoque de derechos y hacer aportes a la calidad de vida, y sentar las bases de una ciudadanía responsable y crítica.

Además de enfocarse en actividades pedagógicas propias del programa se mantiene una relación con las fechas del calendario escolar costarricense, con la construcción de nuevas ciudadanías desde los primeros años de vida. No se trata solo de la conmemoración de las fechas patrias, se trata que cada niño y niña comprenda el valor y se involucre activamente en las actividades para cada celebración escolar.

Los CIUS trabajan coordinadamente mediante un consejo integrado por una delegación de coordinación de los cinco centros y representaciones de las escuelas de Enfermería, de Formación Docente y de Trabajo Social.

El enfoque de los derechos de la infancia se basa en principios generales contenidos en la Convención de los Derechos de los Niños, a saber el interés superior del niño, la no discriminación, derecho a la participación y a la supervivencia y desarrollo. A la luz del 1 de junio, Día Internacional de la Infancia, la Lic. Karen Zamora Navarrete, coordinadora del programa de CIUS, indicó que esa fecha se vincula directamente “puesto que uno de nuestros propósitos es la atención desde la integridad de la población infantil en las comunidades de acceso, y todas las estrategias aplicadas en el aula que permiten desarrollar y fortalecer relaciones interpersonales sanas entre pares, con ello también se trabaja en autoconceptos que aporten a la grupalidad y a sí mismos”.

Mediación fructífera

Para la Lic. Zamora, quien además es coordinadora del Centro Infantil Universitario de Guanacaste, este proyecto de Acción Social, además de la atención cotidiana, realiza alianzas a lo interno de la UCR en temas de niñez, con miras a mejorar las opciones educativas de las niñas y niños y sus entornos familiares. “Con las carreras de Educación, también se realizan acciones para fortalecer las temáticas en estudiantes en proceso de formación. Asimismo, en Guanacaste el centro funciona como un ente mediador al acceso de salud y protección de los niños y niñas, por ejemplo se realizan acciones conjuntas con Caja Costarricense del Seguro Social y el Patronato Nacional de la Infancia”.

Aunque el centro se ocupa de una pequeña población estudiantil, unos 88 niños y niñas entre los dos y seis años de edad, existe una dinámica que lo relaciona con las comunidades guanacastecas. Zamora explicó que mediante actividades de proyección institucional, presenciales o virtuales “se da apertura para la participación a la comunidad en general, a quienes deseen participar, de esta forma se ha tenido trabajo voluntario de personas, aún sin tener familiares en el centro”.

De la misma manera, la Lic. Cindy Briceño Mendoza, coordinadora del Centro Infantil Universitario Bilingüe (CIUB), en la Sede Caribe y con una población de 34 menores, estimó que “el vínculo con la comunidad en general es vital, pues la niñez no vive en una burbuja, vive en sociedad, y es por esto que buscamos que las niñas y los niños del CIUB se relacionen con la comunidad y que esta se beneficie de la formación de valores y de la construcción de una visión amplia de lo que es infancia”. Por ejemplo, con proyecto como “Salgamos a jugar” se realizan actividades supervisadas en el Parque Vargas, en Limón centro, donde con juegos tradicionales como fútbol, hula hula, pintura a tiza, plastilina, títeres y otras se fortalecen lazos con las familias y la comunidad.

Según Briceño, la mediación pedagógica no queda dentro de las aulas, se llega a las familias mediante charlas y talleres dirigidos a las familias y a la comunidad en general con temas vinculados con la calidad de vida en la infancia, como el manejo de límites, la nutrición infantil y la responsabilidad ambiental. Por ejemplo, “el año pasado se desarrolló un proyecto sobre mascotas y las chicas y los chicos crearon juguetes para mascotas y organizaron una venta simbólica que se donó a un refugio de animales”, citó Briceño.

Creando ciudadanías

El 1 de junio como Día Internacional de la Infancia fue instituido en 1956 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para remarcar que esa población es el colectivo más vulnerable ante las crisis económicas, bélicas, migratorias y naturales. Aunque existen otras fechas más reconocidas en temas de niñez y adolescencias, cada una enfatiza en aspectos específicos, pero sus fundamentos son similares, explicaron Briceño y Zamora.

En ese aspecto, la Lic. Briceño considera que los CIUS construyen experiencias y guían a las familias. “Compartir esta visión y el llevarla a la práctica de manera cotidiana requiere un compromiso enorme por parte de las personas docentes y estudiantes que hacen horas; pero ese mismo los lleva a ver que es posible una educación que nos dice que 'los valores deben traerlos de casa', sino que entiende que los construimos en el día a día en beneficio de la niñez, de la sociedad”.

En la construcción de esa sociedad los CIUS se tienen claro que “el centro infantil promueve que los niños sean más críticos, curiosos, sociales -entendido como la capacidad para relacionarse con otras personas-, comunicativos, independientes, más seguros de sí mismos y con mayor empatía”, agregó Zamora.

Para las personas funcionarias del CIUB cada día es una oportunidad de construir valores y reflexionar sobre lo que significa ser una persona que se interesa por los demás. “En las actividades diarias se promueve el preocuparse por un compañero o compañera que no asistió, por hacer sentir bien o al menos acompañar a quien llega triste, darle espacio al que está enojado. Nosotros promovemos que digan cómo se siente y mientras lo dicen que también respeten el sentimiento de los demás. Esto los hace interesarse genuinamente por sus compañeros y se crea entre ellos una comunidad fraternal pues se convierten en personas muy importantes en sus vidas”, aseguró Briceño.

Esa fraternidad es el norte hacia donde el CIU de Guanacaste se compromete con la comunidad, porque la misma “se construye a partir de la cohesión grupal, entendiendo esta como todas las estrategias aplicadas en el aula que permiten desarrollar y fortalecer relaciones interpersonales sanas entre pares, con ello también se trabaja en autoconceptos que aporten a la grupalidad y a sí mismos”, coincidió Zamora.

Briceño agregó que en el CIUB, además del inglés, “se practica regularmente el lenguaje de señas LESCO, lo que le da a los niños y niñas una visión muy clara de que hay diferentes formas de comunicarse pero cada una de ellas es válida y como personas debemos validarlas. En suma, se promueve el respeto por todas las formas de vida que nos rodean”.

El programa de los CIUS abre matrícula cada año a niños y niñas en la primera infancia, los requisitos tienen pequeñas variaciones entre uno y otro centro, y son proyectos autosostenibles con aportes de las familias, donde podría brindarse becas a hijos e hijas de estudiantes universitarios. En este enlace se pueden consultar las fechas y requisitos para cada uno de los centros infantiles universitarios.