UCR promueve salud mental en centros hospitalarios
Estudiantes de Artes Plásticas imparten talleres de diseño para promover habilidades creativas, la coordinación visomotora, memoria visual, conceptos de espacio y tiempo, incorporación de información y expresión afectiva entre personas institucionalizadas en centros de atención psiquiátrica. Foto cortesía TC-505.
Más de 450 millones de personas en el mundo enfrentan el estigma y la discriminación al ser etiquetados por la sociedad y los sistemas de salud simplemente como pacientes psiquiátricos.
Hasta avanzado el siglo XX a las personas institucionalizadas en centros hospitalarios psiquiátricos se les despojaba de sus derechos humanos a la salud física y emocional y se les negaba la posibilidad de su reinserción a la sociedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esa gran cantidad de seres humanos no solo vive el rechazo en sus entornos familiares y comunitarios. La OMS ha señalado que la mayoría de los países los sistemas de salud no destinan suficientes recursos y carecen de un abordaje integral.
Por estas razones, la probabilidad de muerte prematura es de 40% a 60% mayor que la población general, debido a enfermedades físicas no transmisibles como el cáncer, males cardiovasculares, diabetes y sida. A esto se suma que anualmente casi un millón de personas recurren al suicidio como forma de terminar su angustia.
Para mejorar estas condiciones, en el año 2003 el profesor Dr. Roberto López Core propuso la creación de un trabajo comunal que favoreciera la calidad de vida de personas institucionalizadas por más de 20 años en el Hospital Nacional Psiquiátrico Pbro. Manuel Antonio Chapuí y Torres.
Fruto de esa idea, desde ese año en la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR) se ejecuta el proyecto “Estrategias para la promoción del mejoramiento de la salud mental” (TC-505).
Con el tiempo los objetivos iniciales han variado, pero siempre se orientan a que todas las personas disfruten a plenitud sus derechos humanos a expresarse, a ser llamados por su propio nombre y adquirir nuevas habilidades sociales que incidan positivamente en su salud mental.
“Se recurre a estrategias a nivel preventivo y promocional que fomenten estilos de vida saludable y la autonomía de las personas”, explicó la magister Marisol Jara Madrigal, coordinadora del TC-505.
Jara añadió que otro de los objetivos es brindar “información educativa fundamentada en el marco de los derechos humanos a comunidades, instituciones de seguridad social y centros educativos en temas de salud mental, para propiciar la prevención y promoción entre esa población”.
Actualmente, están destacados en los Hospital Nacional Psiquiátrico Manuel Antonio Chapuí y Torres, en Pavas; y el centro diurno del hospital Dr. Roberto Chacón Paut, ubicado en Tres Ríos, Cartago. También, se apoya al personal de la Asociación Unidad Cuidados Paliativos y al Centro Diurno en San Isidro de Heredia.
Los estudiantes del trabajo comunal planifican actividades educativas, rehabilitativas, artísticas, culturales, recreativas y deportivas. A lo largo del año, la docente Jara y estudiantes de diversas carreras diseñan un programa que incluye “charlas, exhibiciones, talleres, asesorías y programas para mejorar las condiciones ambientales, emocionales, cognitivas, ocupaciones, sociales y físicas”.
La idea es que es las actividades dentro de los centros hospitalarios incentiven un ambiente más estimulante, se mejore de la belleza escénica del lugar, se estrechen los vínculos familiares, comunales e institucionales para mejorar la aceptación y desenvolvimiento de las personas.
Logros del proyecto
Uno de los mayores logros de este proyecto es que los estudiantes involucrados aprenden la importancia del trabajo interdisciplinario para los objetivos y metas pensados en cada ciclo, explicó Jara.
Con los aportes de ellos, hemos “mostrado a la sociedad costarricense la realidad y el sentir de la población institucionalizada en los hospitales psiquiátricos, las necesidades reales que ésta posee y las causas por las cuáles se encuentran ahí”, acotó.
Para las personas institucionalizadas en dichos sitios hemos visto una “mayor expresión y funcionalidad, así como la adquisición de habilidades, destrezas y técnicas para enfrentar y abordar diversas situaciones, crisis y patologías relacionadas con la salud”, aseguró la docente Jara.
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