Niños y niñas de Coronado celebran la navidad junto con TCU
El proyecto ha generado alianzas con instituciones como el PANI para la apertura de un nuevo espacio en La Uruca, donde se brinda información sobre distintas charlas a jóvenes y sus familiares, se realizan actividades recreativas y además, se le brinda alimentación durante la visita. Fotografía de Víctor Soto.
Con actividades al aire libre, pizzas y espacios seguros para compartir experiencias, el pasado 14 de diciembre, se realizó el cierre de labores anual del proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TC-651) Educando en comunidades en riesgo. En esta ocasión, se celebró una fiesta navideña con los niños y niñas del Hogar Excelencia Familiar de Coronado.
A la fiesta asistieron más de 20 niños y niñas con los que se ha trabajado durante todo el año en actividades destinadas a la formación académica, así como a brindar las herramientas necesarias para una formación integral y el fortalecimiento de su confianza y autoestima.
Ioanna Yglesias Dimadi, estudiante de la carrera de medicina, menciona que “es increíble la gran iniciativa del Hogar Excelencia familiar y es aún más especial que nos dejen formar parte en el cambio de la vida de estos niños; que al fin y al cabo terminan también cambiando nuestras vidas y forma de ver el mundo”.
Este TCU nace hace aproximadamente 5 años con el propósito de generar, en la comunidad de La Carpio y el Hogar Excelencia Familiar de Coronado, espacios de formación personal y académica para que las y los estudiantes tengan la oportunidad de concluir su educación primaria y secundaria.
En la comunidad de la Carpio, el programa trabaja con diversos jóvenes y adolescentes en conjunto con el Instituto Vida que, mediante programas de alfabetización como el de tutorías del Maestro en Casa y entrenamiento en oficios como la ebanistería, panadería, repostería, costura y computación, pretende mejorar el estilo de vida de la persona joven.
La Carpio nace en el 1993 a partir de la construcción de asentamientos informales en un territorio perteneciente a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Posee una extensión de 23 kilómetros 618 metros cuadrados y su población es de aproximadamente 18.000 habitantes.
Según datos del Primer informe de Bienestar Colectivo de La Carpio, el 44,26% de los hogares se encuentran en condición de hacinamiento y el 51,9% de viviendas son de tipo “tugurio”. Además, el 70% de los hogares recibe ingresos inferiores a los ¢200.000 mensuales y el 21% de los adultos no posee secundaria completa. Esto coloca a La Carpio en una situación de vulnerabilidad social.
El papel de los estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) en la comunidad es brindar clases y tutorías en el área de las Ciencias Básicas, según el cronograma y las temáticas de los exámenes del MInisterio de Educación Pública (MEP). Asimismo, el Trabajo Comunal Universitario ayuda a las niñas, niños y adolescentes por medio de la enseñanza de técnicas de estudio, repaso de materia y actividades lúdicas, motivacionales y de educación física que fortalezcan su desarrollo integral.
Además de estas tutorías, las y los estudiantes “organizan actividades que son tan importantes como las mismas horas de estudio. En el tiempo dedicado a la recreación, se llevan a cabo juegos y dinámicas para que todos y todas se liberen y diviertan”, agregó Víctor Soto Tellini, coordinador del TCU.
Soto también menciona que esta iniciativa surge de conocer las necesidades reales de las personas y de entender que “la Universidad de Costa Rica tiene que ser la universidad del pueblo” y preocuparse por solventar aquellas necesidades que otros entes no han logrado cubrir.
Viviana Ramos Gómez, estudiante de la carrera de medicina considera que “los TCU como este nos recuerdan la importancia de tener conciencia sobre nuestra realidad nacional y también que todos podemos ayudar, solo hay que buscar la forma.
Actualmente, el TCU cuenta con una matrícula de más de 25 estudiantes de distintas carreras y en los próximos meses pretende trabajar con un cantidad más grande de niñas y niños en la comunidad de la Carpio para seguir enseñando que estudiar es una posibilidad real para todos y todas.
“Uno siempre ve grandes personas haciendo grandes cambios, pero yo creo que todo inicia así, en la universidad, con pequeños proyectos de navidad. Agradezco y espero poder seguir poniendo mi huella en la vida de estos chicos durante el transcurso que me quede”, agregó Yglesias.
| Comentarios |