UCR es una esperanza para estudiantes aplazados de secundaria
El TC-89 se ha mantenido gracias al apoyo institucional de la Vicerrectoría de Acción Social, de la Escuela de Formación Docente, del Decanato de la Facultad de Educación y de otras unidades e instancias de la UCR.
Desde 1992 el Trabajo Comunal Universitario (TC-89) "Servicios Educativos Complementarios", de la Escuela de Formación Docente, de la Facultad de Educación de la UCR, capacita a estudiantes de diferentes niveles de secundaria y a aquellos que deben presentar las pruebas nacionales de bachillerato, para mejorar su rendimiento académico y, además, superar con éxito dichas pruebas.
Este trabajo comunal surgió por iniciativa de docentes del Departamento de Secundaria de la Escuela de Formación Docente, quienes conocieron las inquietudes y experiencias de sus estudiantes en etapa de la práctica profesional (que deben cumplir para graduarse como educadores) relacionadas con las necesidades educativas en todos los niveles de los colegios.
Como resultado de ese conocimiento sobre las necesidades educativas de la población estudiantil, cada año desde el mes de agosto la Facultad de Educación aporta a este sector por medio de centros de estudio, tutorías y otro tipo de acompañamientos dirigidos a estudiantes de colegios públicos, especialmente de instituciones diurnas o atendidas por programas sociales que ofrecen acompañamiento a poblaciones específicas. Para los meses de enero y febrero, el trabajo se centra en los estudiantes de secundaria aplazados en alguna materia, o en las pruebas de bachillerato.
Esta iniciativa ha estado al servicio de los jóvenes de secundaria durante 25 años y a criterio de la decana de esta facultad, Guiselle Garbanzo Vargas, “se ha convertido en una esperanza para esa población estudiantil y sus familias, quienes confían en el recurso humano y la calidad de la UCR para mejorar su rendimiento académico y para hacer frente a la difícil situación de ser aplazado en alguna materia o en las pruebas nacionales de bachillerato”. La decana destaca que el 70% de los estudiantes aplazados de secundaria que han asistido a estos cursos de la UCR, pasan sus respectivas pruebas.
La profesora y coordinadora de este proyecto, Melba Fallas Zúñiga, destaca que estos cursos son más que académicos, pues el objetivo es promover en los y las estudiantes un interés por mejorar su proceso de aprendizaje, así como su posibilidad para enfrentar las dificultades académicas de manera integral, y no solo para superar una calificación en una prueba de evaluación.
Aumenta notablemente la demanda por este servicio en el 2018
En este 2018 se presentó un aumento importante en la solicitud de matrícula para estos cursos, a tal grado que la Facultad de Educación se comprometió a no dejar por fuera a los estudiantes que requerían el servicio, sobre todo a aquellos aplazados en las pruebas de bachillerato, por lo que de manera expedita se gestionó un proceso de matrícula extraordinaria durante el 15 y 16 de enero, lo que amplió el alcance de 800 a 1000 estudiantes en los diferentes niveles de secundaria que se atienden.
La respuesta oportuna que la UCR dio este año al aumento en la demanda por este servicio es una respuesta responsable de la institución a la sociedad. Así lo enfatizó la decana al afirmar que “esta población de colegios públicos representa una juventud que clama por un mejor futuro e inserción laboral, y por medio de este tipo de iniciativas y espacios la UCR puede apoyar para que estos estudiantes culminen satisfactoriamente sus etapas formativas y educativas básicas, para su inclusión digna en esta sociedad”.
Para enfrentar el aumento en la matrícula de este 2018, la universidad ha dispuesto a 71 estudiantes de años avanzados de diversas carreras como ingenierías, enseñanza de idiomas, matemática, química, física, estudios sociales, pero principalmente del área de educación, quienes son los tutores de los diferentes grupos. Estos estudiantes reciben una capacitación previa en el TC-89 para desarrollar su rol de tutores.
El servicio imparte lecciones para las materias básicas de matemática, ciencias, español, inglés, francés, biología, estudios sociales y cívica; dos veces por semana en sesiones de tres horas, en grupos de no más de 16 estudiantes. La mayor demanda de este año se ha presentado en matemática, con un total de 26 grupos abiertos.
Los estudiantes universitarios también se benefician como tutores al contar con esta experiencia, pues tienen la valiosa oportunidad de poner en práctica lo aprendido en su formación universitaria y de construir una sensibilidad humana y social muy importante. Además, los futuros docentes adquieren experiencia en las aulas, al enfrentarse a situaciones y desafíos reales y propios del sistema educativo.
| Comentarios |