Interdisciplinariedad docente es el nuevo reto para el Trabajo Comunal Universitario
Las diferentes realidades de las comunidades demandan un trabajo más vinculante en los TCU con profesores de diferentes unidades académicas. Foto: TC-427 (con fines ilustrativos).
Conseguir que profesores de diferentes unidades académicas laboren en conjunto dentro de un proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) es la nueva meta que se propone la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) para los próximos años.
El Ing. Minor Cordero, director del TCU en la Universidad de Costa Rica (UCR), afirmó que este es un paradigma que la institución debe ir rompiendo, no solo en beneficio de los profesores, sino también -y principalmente- de los propios estudiantes.
“La génesis del TCU hablaba de transdisciplinariedad estudiantil, pero no académica. Si bien los proyectos tienen que estar coordinados en una unidad académica, estos deberían tener la colaboración de profesores de otras escuelas afines a la propuesta que se plantea”, indicó el Ing. Cordero.
Este tipo de iniciativas transdisciplinarias académicas ya existen. Por ejemplo, docentes de las escuelas de Estadística eIngeniería Mecánica están colaborando en la zona sur del país con el desarrollo de organizaciones comunitarias, enfocado a la investigación en la población de Puerto Jiménez y Bahía Drake.
“También en Cachí, una profesora de la Escuela de Trabajo Social, que coordina un TCU, tuvo muy claro que necesitaba del apoyo de un geógrafo, un topógrafo y un geólogo, por el tema de los deslizamientos en esas comunidades. Comenzó a hacer alianzas estratégicas con estas unidades académicas y hubo docentes que la apoyaron. Al final, tenemos un equipo interdisciplinario de profesores que refuerza al equipo interdisciplinario de estudiantes”, apuntó el Ing. Cordero.
No obstante, algunos sectores académicos universitarios se resisten a desarrollar proyectos transdisciplinarios. Por ello, la Oficina de Trabajo Comunal Universitario analiza la manera articular proyectos que vinculen temáticas diversas con la ubicación geográfica donde estos se desarrollen. El fin es motivar más a los profesores a unir esfuerzos y trabajar en conjunto.
“El trabajo interdisciplinario no es fácil. Es más, muchas veces el sector docente no sabe cómo trabajar con estudiantes de un área que no es su fortaleza. Eso cuesta, pero cuando ya se logra, se convierte en un engranaje muy importante. En el momento en que todos comienzan a articularse, el desarrollo de la propuesta es más fluida, aunque es cierto, el arranque no es fácil”, expresó el director de TCU.
Por otra parte, el Ing. Cordero destacó que el TCU permite al grupo interdisciplinario de estudiantes ayudar en las comunidades, al tiempo que se crea una sensibilidad frente a los problemas que ellos encuentran.
Además, este programa obligatorio en todas las carreras universitarias permite a muchos estudiantes, principalmente originarios de la Gran Área Metropolitana, salir de su realidad y tener una idea más clara de las condiciones de vida de las personas, principalmente en áreas rurales.
“El TCU puede impactar tanto a los estudiantes que muchos de ellos hasta eligen una temática producto de su labor en esas comunidades para su Trabajo Final de Graduación, como por ejemplo las tesis de cinco estudiantes de tres carreras diferentes, quienes eligieron temáticas relacionadas con pueblos indígenas. La Escuela de Economía Agrícola también tiene tesiarios trabajando con el TCU en sus investigaciones en la zona norte o la zona sur”, manifestó el Ing. Cordero.
Cada proyecto desarrollado es considerado como “un aula abierta”, donde tanto los estudiantes como los docentes ponen en práctica sus conocimientos. Esto les permite desarrollarse y tener una visión aún más humanística de la realidad.
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