Doña Lía Ferreto es una mujer que no se cansa de aprender. Ella tiene más de 10 años de llevar cursos en el Programa Integral de Atención a la Persona Adulta Mayor (PIAM). Ha pasado por cursos de idiomas, de acondicionamiento físico y hasta de apreciación de cine.

Desde hace un año que se matriculó en el taller de periodismo y descubrió una habilidad que no sabía que tenía. “Me ha ayudado porque yo no tenía idea de que sabía escribir. ¡Ahora hasta me han dicho que mis narrativas son agradables!”, dice la alumna adulta mayor quien va a la universidad cuatro horas, dos días por semana, pues también ha matriculado otro curso que se llama “Proyecto de vida”.

“Es muy interesante porque la profesora se proyecta en que las personas de nuestra edad podemos transmitir muchísimo por medio de la escritura”, agrega Ferreto. En el curso de periodismo hasta han desarrollado un blog en donde los alumnos del curso postean sus escritos más cautivadores.

El Piam existe desde hace 27 años y es una de las ventanas que ofrece la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) con respecto al trabajo con personas adultas mayores.

El programa cuenta con ocho módulos de temáticas distintas, englobando una cantidad de 108 cursos en los que alumnos de toda parte del país pueden matricular con el fin de reactivar su vuelta al sistema educativo formal.

“Estimulamos proyectos que reúnan al menos cinco condiciones: pertinencia, calidad, propósito didáctico, efecto demostrativo y carácter innovador. El Piam es una especie de gran laboratorio que permite impulsar proyectos como estos”, afirma Roberto Salom, Vicerrector de Acción Social.

Más programas

Organismos como el Centro Centroamericano de Población o el Programa de Gerontología de la Universidad son centros de investigación que buscan aportar a la construcción de nuevos conocimientos de este estrato poblacional.

La VAS, por su parte, cuenta con 25 proyectos en vigencia que actualmente están trabajando con personas adultas mayores. Este año se inscribieron 21 de ellos, siendo el año con más oferta de proyectos relacionados con esta población.

Tres de estos proyectos se están desarrollando en Puntarenas, y hay otros más en Limón, Liberia, Turrialba y San Ramón, en donde personas adultas mayores están aprendiendo desde computación hasta yoga.

Según el último censo nacional, se contabilizan 340.689 adultos mayores; es decir, un 7,22% de la población. Se estima que en el futuro se presentará un “efecto campana”, donde aumentará la cantidad de personas en el estrato etario más alto y se reducirá el más bajo. Se cree que para el 2050 habitarán en el país cerca de un millón personas de la tercera edad.

La VAS está muy consciente de ello, por eso desde el 2006 ha inscrito más de 60 proyectos en todas sus secciones que han trabajado con ciudadanos de oro. “Cuando la Universidad hace programas como estos, lo que dice a la sociedad es: ‘ojo, este programa hay que replicarlo muchas veces para poder atender a esta población, que es hoy día un sector muchísimo más significativo de nuestra población que hace una o dos generaciones atrás’”, asevera el Vicerrector Salom.

El reto es replicar el aprendizaje en áreas como tecnologías de la información, artesanía y manualidades o idiomas, para que haya más personas como doña Lía que puedan sentirse enormemente satisfechas de haber llegado a tan preciada edad.

“Ha sido una experiencia lindísima. Voy para la tercera vez en periodismo, porque nos vamos entusiasmando cada vez más con los proyectos que se van realizando. Estoy hasta pensando hacer un cuarto bloque el próximo año”.