Luego de una primera temporada muy exitosa en el 2010, regresa “Vacío”, una producción escrita por Ailyn Morera y Roxana Ávila cuyo propósito es hablar de la maternidad y la locura.

    En esta ocasión, el escenario de Vacío es el Teatro de La Aduana, de la Compañía Nacional de Teatro, hasta el 13 de febrero, de jueves a sábados, a las 8 pm., y domingos a las 5 pm.

    “No se trata de un montaje para ser entendido, sino para ser sentido” indica la directora Ávila. Durante la presentación, el teatro se convierte en un cabaret de los años cincuenta, con canciones y bailes que van de 1890 a 1950. Las mujeres en escena utilizan de principio a fin eventos sensoriales para proponer una relación realmente intima con las y los espectadores.

    Esta puesta en escena surgió desde octubre del año 2009, las autoras se inspiraron en el libro de Mercedes González La construcción cultural de la locura femenina en Costa Rica entre 1890 y 1910. Además, formó parte de la celebración "70 años" de la fundación de la UCR.

   Vacío es una coproducción del Teatro Universitario de la UCR,  Abya Yala, Pro Artes y Iberescena; con frecuencia los trabajos de Abya Yala tienen resultados poco comunes y esta ocasión no es la excepción.  El Teatro Abya Yala, con 19 años de trayectoria y ganador del Premio Nacional al Mejor Grupo de Teatro (2006) presenta testimonios llenos de drama y alegría de las mujeres del  Asilo de Chapuí y de otras muchas del siglo XX.

   En este montaje trabajan  mujeres de áreas muy diversas, entre ellas las cantantes y actrices Grettel Méndez, Liliana Biamonte y Lulú Garita, las músicas Fiorella Bákit, Ivannia Morales y Fabiola Cordero, las actrices Monserrat Montero, Andrea Gómez, Aysha Morales y Liubov Otto y las bailarinas Valentina Marenco y ErikaMata. Además, Mariela Richmond, artista plástica, es la encargada del diseño espacial y gráfico y Micaela Piedra es la diseñadora de vestuario, quien plantea unos vestidos que mezclan lo íntimo con la gala.

    Vacío está dirigida a todas las mujeres que han recorrido varias generaciones y se consideran amantes de la música de antaño y a toda la población interesada en ver, oír y sentir nuevas experiencias teatrales.

Por Cristian Esquivel