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Comunidad regenera biodiversidad en China Kichá

Con un inventario participativo este territorio indígena hizo recuento de su flora y fauna


Fecha de publicación:


Jue, 07/09/2023

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Autoría:


Zuiri Méndez (Kioscos Socioambientales)

img-noticia-La recolección de muestras de árboles en parches boscosos y el intercambio de saberes desde la cosmovisión cabécar y la identificación de especies fueron parte de las actividades del inventario de bienes naturales realizado en el territorio indígena China Kichá.

La recolección de muestras de árboles en parches boscosos y el intercambio de saberes desde la cosmovisión cabécar y la identificación de especies fueron parte de las actividades del inventario de bienes naturales realizado en el territorio indígena China Kichá.

En la comunidad de China Kichá se sienten nuevos asombros al ver que los venados, las pavas negras y tigrillos están regresando a vivir en el territorio. Desde que iniciaron las recuperaciones del territorio indígena, están convirtiendo los potreros en zonas boscosas y lugares de siembra para el autoconsumo, lo que ha permitido que regresen especies que habían sido desplazadas. Estos cambios de uso del territorio, han dado pie a un interés comunitario por visibilizar la biodiversidad del territorio y acercarse a conocer a profundidad lo que les fue arrebatado por tantas décadas.

Con este inventario, la comunidad decidió muestrear cuatro grupos de especies: árboles, aves y plantas medicinales, con la posibilidad de integrar también mamíferos y reptiles. La información será publicada para que las infancias de la comunidad tengan acceso a material pedagógico escrito, sonoro y audiovisual de la biodiversidad. Todo esto en el marco del consentimiento informado para la protección de información de usos y costumbres creado por la comunidad; con el fin revitalizar los saberes y la cosmovisión cabécar materializada en sus ecosistemas, para que sea conocida por las nuevas generaciones de la comunidad.

Ariel Ríos Ríos, del clan Julabulüwak, indicó que este inventario está “creando una lista de especies de árboles, plantas medicinales, aves y mamíferos; está participando toda la comunidad, niños, mujeres hombres, adultos mayores, y la idea es reconocer qué tipo de especies podemos encontrar en el territorio y guardarlas en un libro, o en un video, para que las futuras generaciones puedan observar el trabajo que hacemos hoy. Y lo lindo es que aprendemos de los mayores que nos acompañan en el proceso con su conocimiento que tienen de árboles y plantas, y guardarlo para que no se olvide”.

Según Ríos, este trabajo “sirve para un montón de cosas. Más allá de la tierra, este proceso nos ayuda a recuperar lo que son árboles, animales. Cuando esto estaba en manos de no indígenas, explotaban mucho lo que eran árboles maderables y la caza. Ahora se va a poder identificar qué especies animales y árboles hay para protegerlos. Nos ayuda entonces no solo a proteger la tierra, sino también a los árboles y a los animales, porque todos son importantes”.

China Kichá es uno de los territorios indígenas más pequeños de Costa Rica. Un pueblo que estuvo a punto de desaparecer, pero en el 2018 se levantó contra la maquinaria del racismo estructural costarricense, de las haciendas del sur del país y del extractivismo ganadero para recuperar el 100% del territorio que les pertenece por ley.

Al mismo tiempo que resisten a todas las agresiones vividas por la recuperación de tierras, como los incendios que quemaron casi 700 hectáreas, su forma de vida persiste en transformar los pastizales de antiguos terratenientes, en lugares seguros donde los venados están volviendo a pastar, en dejar crecer los parches de bosque a donde las pavas negras regresan, en cuidar las nacientes para que todos los seres vivos de ese territorio se beneficien.

Apoyos institucionales

Desde noviembre del 2022 el Programa Kioscos Socioambientales (ED-3555), iniciativa de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad de Costa Rica (VAS), la organización Funga Conservation y el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) se unieron para colaborar con integrantes de la comunidad para definir la mejor forma de registro colaborativo. A su vez, esta vinculación buscó apoyar el tejido de la vida con herramientas de trabajo psicosocial en respuesta a las necesidades de las personas después de los eventos traumáticos a los que se ha visto enfrentado el territorio.

Este año se han realizado diversos talleres de planificación, integrando a las infancias en el proceso, se ha compartido conceptos técnicos de biología, realizado intercambios con defensoras de la vida, generado espacios para nombrar emociones, gestionado la donación de árboles para reforestación, mapeado e identificado algunas especies en el territorio, además de la ejecución del primer muestreo de árboles.

En dicho muestreo participaron la niñez, abuelos y personas adultas de la comunidad, quienes reconocieron especies de valor histórico y cultural en secciones de dos parches de bosque dentro de las recuperaciones. Todas las personas fueron acompañadas por profesionales de ingeniería forestal y biología para generar un diálogo entre el registro de las muestras y los saberes comunitarios sobre árboles, semillas, flores y hojas presentes en las muestras, desde las historias y usos propios de la cosmovisión cabécar.

De forma conjunta, el equipo de profesionales en psicología generó dinámicas para permitir la profundidad y confianza de apalabrar emociones con la experiencia del registro de especies, donde se compartieron los deseos-anhelos para la vida personal y colectiva dentro del territorio.

Ríos apuntó que fue “una experiencia bonita trabajar junto a los mayores, y toda la comunidad, porque desde los niños que están participando, los adultos, las mujeres, ese conocimiento uno aprende cada día de todo. Deseo agradecerles a ustedes que nos hayan ayudado en este proceso, y seguir trabajando para lograr el objetivo”.

El resultado del día del muestreo de árboles, no solo fue esclarecedor al conocer especies que se sentían olvidadas, o historias que no habían sido escuchadas hace tiempo, sino que sensibilizó y fortaleció a todo el grupo, con una alegría que es propia de ver siempre una planta crecer.

La fase siguiente de este inventario de especies será la captación de fondos para futuras publicaciones y productos de comunicación, los cuales se planean desarrollar de forma participativa durante el 2024.

El equipo interinstitucional lo integraron el ingeniero forestal Luis Diego Arias; Luis Francisco Ledezma, Andrea Orellana y Xaviera Amador, de Funga Conservation. Además, Daniel Fernández y Andrés Cambronero, delegados de DEI; así como Zuiri Méndez, María José Cabezas, Kenia Chacón, Sofía Mendoza, Cristina Picado y Minerva Solano, de Kioscos Socioambientales, e integrantes de los proyectos de Acción Social “Soberanía Alimentaria desde las Mujeres” (ED-3574) y “Conflictos por territorios y decolonialidad en pueblos originarios de Costa Rica” (ED-3622).

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