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Con arte las comunidades reviven sus espacios

Con aproximadamente unas 50000 horas al año, desde la Acción Social los espacios comunitarios reviven su identidad cultural


Fecha de publicación:


Mar, 23/05/2023

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Autoría:


Eduardo Muñoz-Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social)

img-noticia-El TC-729 se une a los esfuerzos de comunidades alajuelenses por el rescate de espacios comunitarios, mediante la investigación social y cultural sobre su historia, los relatos de vida y desafíos. Foto cortesía TC-729

El TC-729 se une a los esfuerzos de comunidades alajuelenses por el rescate de espacios comunitarios, mediante la investigación social y cultural sobre su historia, los relatos de vida y desafíos. Foto cortesía TC-729

Si cada trazo de color o si cada gesto creativo tuvieran la capacidad de replicarse hasta el infinito el mundo sería otro, porque cuando las personas comparten su creatividad con las demás personas sus comunidades y sus visiones del mundo dan un giro radical.

Esta es la premisa  del proyecto “Apropiación participativa del espacio público por medio del arte” (TC-729), una iniciativa más del Trabajo Comunal que realizan los estudiantes de la Escuela de Diseño Gráfico de la Universidad de Costa Rica (UCR), y que se imparte en la Intersede Universitaria de Alajuela (SIUA). Desde hace cuatro años han liderado cambios en barrios alajuelenses para darles un nuevo impulso para su organización comunitaria.

Este trabajo comunal “surgió como una necesidad porque no había uno como este e hicimos una propuesta de intervención de espacios públicos focalizado en Alajuela, en el marco de las iniciativas de regionalización”, comentó el profesor Alfredo Alvarado Fonseca, coordinador general del TC-729. Ya desde el año 2018 el Consejo Nacional de Rectores (Conare) destacó la importancia de la regionalización y fortalecimiento de las sedes regionales y promover el respeto a los derechos humanos, agregó.

Aunque con el paso de los años la metodología se ha modificado acorde a las necesidades y recursos disponibles, el objetivo del TC-729 sigue siendo el mismo, a saber: la gestión de proyectos participativos de arte público y comunicación visual para la activación de los espacios comunitarios en función de fortalecer el tejido social y la identidad cultural de las comunidades aledañas a la citada sede universitaria.

El trabajo empezó en la comunidad Cerrillal, en el distrito San Isidro, en el cantón central de Alajuela, con el taller denominado “Conociéndonos”, que más que una actividad formal como se entendería fueron unas sesiones alrededor de una taza de café para que personas de Cerrillal, estudiantes y docentes tuvieran ese primer acercamiento. Tras aquellos encuentros surgió una relación que con cada nueva intervención artística sigue dando frutos.

Adita Solano Espinoza, lideresa de Cerrillal e integrante del comité pro-asociación comunal y el de finanzas de la Diaconía del templo católico del lugar, afirmó que “el apoyo de la UCR es invaluable porque la gran cantidad profesionales que trabajan en el país y fuera, y este trabajo comunal les permite a los estudiantes ver la realidad de otras comunidades, y les dará un enfoque diferente a sus carreras. Yo creo que cualquier persona tiene que aportar a su comunidad y otras comunidades”.

Para Solano, lamentablemente en “muchos pueblos hay poca disposición a ayudar, y los estudiantes nos están ayudando a embellecer el templo católico, y las propuestas de diseño y remodelaciones han sido muy interesantes aunque tenemos limitantes de presupuestos. Nos parece muy atractivo que ellos invierten horas y su conocimiento en nuestra comunidad, han mostrado mucho interés y les agradezco mucho y a su profesor Alfredo Alvarado porque siempre están disponibles para colaborar”.

En Cerrillal el TC-729 no solo hace propuestas artísticas o talleres, también son parte del embellecimiento urbano como pintar edificaciones públicas, limpieza de sitios y otras que requieran las personas habitantes del lugar. En Cerrillal están “transformando un cafetal en un lugar de esparcimiento y una huerta comunitaria, e hicieron el mural de bienvenida a la entrada de nuestra comunidad basado en la información recopilada por la recuperación de nuestra memoria histórica”, dijo Solano.

Para el profesor Alvarado, el trabajo de estas intervenciones demuestra que mediante el arte es posible fortalecer “el tejido social, buscando espacios que estuvieran en desuso o conflictivos y que mediante actividades artísticas o “perfomativas” se logra su activación; no necesariamente terminando en un mural, porque sucede que las personas en las comunidades son vecinas de mucho tiempo y no interactúan entre ellos, y estas actividades participativas las acerca”.

Compartir y crear en comunidad

Otras de las opciones creadas para personas de las comunidades aledañas a la SIUA son los talleres de dibujo y pintura para personas adultas y adultas mayores. Aunque la idea no es formar profesionales en esas áreas artísticas, las posibilidades de crecimiento son evidentes al tiempo que se convierten en espacios sociales que fomentan lazos personales entre quienes participan.

Los talleres consisten en actividades lúdicas y momentos de diálogo en los que se recopila información de manera transversal, mientras se realizan las actividades de vinculación, así durante el desarrollo también se presentan los procesos de planteamiento y trabajo institucional”, explicó el profesor Alvarado.

Sonia Hernández Rodríguez, vecina de San Juan de Santa Bárbara de Heredia, es una de las personas que se sumaron a estos talleres, con el objetivo de mejorar sus habilidades en el dibujo y la pintura. Son cursos bimodales y anuales, con distintos módulos, y la facilitación pedagógica de estudiantes universitarios.

Este es un grupo social y para compartir con otras personas. Lo matrículé porque estaba en otros cursos y unas amigas me avisaron de este. Mi experiencia ha sido buenísima, el trabajo de las estudiantes es excelente, están muy preparadas y siempre están dispuestas a aclarar cualquier duda, el ambiente es muy bonito. Este curso es maravilloso en estos tiempos en que la gente está estresada y que la economía no permite pagar cursos carísimos”, dijo Hernández quien trabaja como asistente de arte y escenografías, que vio la posibilidad de aprender más ya que sus saberes los define como “empíricos”.

Al igual que Adita Solano, ella considera que la labor de la UCR en comunidades debería llevarse a más lugares. “Esta oportunidad que da la UCR es genial porque la dan personas profesionales. Si la universidad pudiera abrir otros cursos de otro tipo sería muy bueno, a una esto la llena; es una bendición. Todas mis compañeras están muy motivadas”.

Aprendizajes para la academia

Actualmente el TC-729 tiene una serie de proyectos en varias comunidades, con el apoyo de unos 80 estudiantes, que conforman equipos que llevan a cabo múltiples actividades. Además de Cerrillal y Santa Bárbara, también impactan las comunidades alajuelenses de Villa Hermosa, La Garita, Tacacorí y Grecia. Recientemente como un plan piloto propuesto por estudiantes de Cartago llegaron a Cachí para recopilar historias de vida en el Centro de Adultos Mayores y posteriormente hacer intervenciones del espacio físico.

Además, un equipo está apoyando la catalogación de la colección del Taller de los Sibaja, que fuera el principal centro tipográfico y de cultura impresa en Alajuela y que actualmente resguarda el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. Y ya se iniciaron las conversaciones con el Centro Penal Juvenil Ofelia Vicenzi para realizar trabajos de muralismo y rescate de espacios comunes.

Para la estudiante Sofía Fernández Estrada, quien cursa el 5º de la Carrera Diseño Gráfico, su paso por este trabajo comunal es sumamente satisfactoria, ya que “el profesor está muy presente en los proyectos y existe libertad de proponer ideas. Me he encargado de dirigir la página de Instagram y en Villa Hermosa hicimos unos murales para pintar en las bancas de un parque y aplicamos nuestros conocimientos en nuestros propios diseños y hemos apoyado a emprendedores en el diseño de marcas y con talleres de fotografía y diseño. Me llevo como aprendizaje el trabajo en equipo mediante la delegación de funciones”.

De la misma manera, Víctor Chukén Mora, quien cursa el 4º de Arquitectura, expresó que entre los principales aprendizajes que le dejará el trabajo comunal es su vinculación “en proyectos reales, y ayudar a lidiar con estas realidades; ya que en la carrera aunque implica un acercamiento a la comunidad y algo se conoce, generalmente debido a que no hay tanto tiempo; pero en el TCU existe la posibilidad de acercamiento a la comunidad. Al concluir mi trabajo comunal le “gustaría haber dejado un granito de arena en la comunidad que estamos involucrado, y que hice una contribución tangible, saber que hice mi aporte personal”.

Incluso, para el profesor Alfredo Alvarado los aprendizajes son palpables, porque aunque es graduado de las carreras de Diseño Escultórico y Diseño Gráfico, y suma años de experiencia en docencia, aseguró que en su caso ha aprendido más en comunidades, sobre todo “en la construcción conjunta, porque considero que en mi caso lo académico ha sido solo una referencia para el trabajo en comunidad, ya que cada una es distinta a las otras. Además, de la visión de incluir otras disciplinas para poder lograr los objetivos”.

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