El liderazgo tiene rostro de mujer
Mediante la comunicación social y la producción audiovisual un grupo de mujeres toman la escena en sus manos
Desde el eje de la comunicación, en el proyecto Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios convergen mujeres de diversos territorios geográficos y simbólicos, para compartir sus experiencias de liderazgo comunitario. Sus aportes son incluidos en la una memoria disponible en el Repositorio Kérwá.
Si las semillas tuvieran rostro, sería de mujer: de lideresas, de gestoras comunitarias, de políticas y luchadoras por sus territorios. Y aunque la cultura sexista ha reducido el rol de las mujeres a la procreación humana, la realidad es que esa es apenas una de las muchas actividades que cada día ellas emprenden.
Sus voces y sentires son tan diversos como mujeres existen en las costas, las zonas urbanas o rurales, etnias o nacionalidades. Y parte de ellas fueron recopilados en la Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios (EC-519), una sistematización de experiencias del proyecto homónimo, e iniciativa del Programa Kioscos Socioambientales, inscrita en la Facultad de Ciencias Sociales.
El EC-519 surgió en el año 2019 “como un espacio de encuentro para mujeres que provienen de distintos territorios. Se realizó desde tres campamentos, en los cuales participaron 24 mujeres de 14 comunidades y 13 organizaciones de Costa Rica. Nos movimos por el país para reunirnos: en Punta Morales, como territorio costero; en Longo Mai, como territorio campesino; y en Sabanilla y La Carpio, como territorios urbanos”, explicaron las facilitadoras Zuiri Méndez Benavides y Catalina Tenorio Vargas, responsables de la sistematización y compiladoras de los textos incluidos en el documento.
De acuerdo a las compiladoras, estos campamentos fueron un espacio de encuentro de mujeres que provenían de “diferentes coordenadas y no habían tenido la oportunidad de conocerse, pudieron reunirse y escuchar, en la narración de sus compañeras, historias que desconocían, generando espejos, preguntas sobre sus propias historias, intercambios de estrategias como mujeres ante las opresiones, y un entramado de complicidad, afinidades y afectos. En la historia de una, nos fuimos encontrando todas”.
Para la ejecución del proyecto, explicó Méndez, dadas las restricciones sanitarias por la pandemia del COVID-19, las mujeres participantes fueron las productoras de los materiales audiovisuales, para lo cual recibieron capacitaciones en lenguaje audiovisual, movimientos de cámaras, iluminación y sonido. Además, se diseñó un manual para el uso del equipo que constaba de un celular, un estabilizador, micrófonos, lámpara y equipo de limpieza y tarjetas prepagos entregadas por la Universidad de Costa Rica (UCR). Esto permitió mantener un contacto permanente con todas las participantes, quienes fueron las líderes de todo este proceso, que aún continúa cosechando.
Otro de los productos logrados por este campamento fue la sistematización de la cartografía social participativa de lucha de mujeres en los territorios. Estos dieron origen a un mapa del cuerpo, ilustrado por Elizabeth Argüello, y organizado el material por Catalina Tenorio, de los campamentos realizados en el 2019. Con estos insumos se diseñaron 24 retratos tipo collage de las participantes con el apoyo de la diseñadora Paula Peña de las cuales surgió otra publicación disponible en este enlace.
Uno de los retos del proyecto fue precisamente los obstáculos que impuso la pandemia sanitaria para hacer más actividades presenciales. Esto obligó a reformular las actividades, y según Méndez, implicó a reformularse como un segundo proyecto, inventado nuevas formas de trabajo. Al final, se avanzó en todo lo propuesto y se concluyó exitosamente, enfatizó.
El proyecto “Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios" (EC-519) ha contado con el apoyo de Fondos Concursables 2019- 2020 de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS). Surgió gracias a las ideas y el trabajo de otros proyectos, como el de Comunicación y Memoria: Prácticas Narrativas y Audiovisuales con las comunidades de Puntarenas (TC-702), Comunicación Comunitaria para el Cambio Social (TC-127), Fortalecimiento de procesos de articulación con actores sociales y comunitarios en torno a conflictos socio-ambientales específicos (TC-590), y al Programa de Economía Social Solidaria (PROESS), de la Escuela de Sociología.
Este proyecto fue la contraparte de otro que produjo una serie de seis capítulos, realizados por La Feria Producciones, productora audiovisual independiente que ganó el financiamiento del fondo El Fauno, otorgado por el Centro de Cine del Ministerio de Cultura.
Entre otros productos logrados por las mujeres participantes del proyecto EC-519 están la publicación de artículos colectivos, participación en programas radiofónicos y producción de videos sobre las luchas de las indígenas en la recuperación de sus territorios ancestrales, la pesca ilegal, los desafíos de las mujeres en el campo y ellas atravesando la pandemia. Así como la participación en un taller virtual sobre observaciones comunitarias al Acuerdo de Escazú, organizado con el Observatorio de Bienes Comunes.
Toma de conciencias
Shirley Barrantes Ilama, una de las participantes de los campamentos, dijo que se siente “sumamente orgullosa del trabajo que representa la memoria publicada porque transmite al 100% todo lo que sentimos las mujeres que participamos. Me parece que es un trabajo enriquecedor, y es demasiado lindo. No tengo palabras para agradecer”.
Unos de los aspectos que destacó Barrantes durante la presentación virtual de la memoria, es que cuando llegan a “estos espacios y escuchamos a otras mujeres e intercambiamos nuestras experiencias, nos fortalece y empodera”.
Barrantes es líder comunitaria, habitante de la comunidad de La Carpio e integrante de la Cooperativa de Vivienda, Construcción, Fuerza, Unión, Destreza y Ayuda Mutua R.L. (Coovifudam R.L.). En su caso, comentó, “no me había dado cuenta del empoderamiento como mujer y el crecimiento personal y profesional que adquirimos y por medio de estos campamentos hemos logrado identificar todas estas acciones que hacemos todos los días y que no nos damos cuenta”.
Por su parte, Marcela Esquivel Jiménez, productora de La Feria Producciones, gracias a estos campamentos “hemos aprendido a pensar, sentir y construir otros cines. El cine es una herramienta para contar historias. Y en este proyecto estamos quebrando ese privilegio que la industria capitalista y patriarcal le ha asignado a algo tan maravilloso como el arte de narrar desde una cámara con imagen y sonido. Como participantes logramos conocer los territorios de otras mujeres de este país a los que no hubiéramos accedido fuera de este encuentro. Eso fue gracias al recurso oral y visual que pusimos en práctica al compartir nuestras realidades, luchas e incluso heridas personales”.
Finalmente, Zuiri Méndez concluyó que en su caso los campamentos se constituyeron en “un espacio potente en tanto se conforma con la presencia y la voluntad del hacer común de mujeres que resisten todos los días desde sus acciones cotidianas, con la defensa y el cuido de sus territorios, de la vida y de la alegría ¡Que importante y poderoso es defender la alegría! Hacer memoria nos permite resguardar los procesos ante el olvido y la invisibilidad, sobre todo cuando se trata de proyectos hechos por y para mujeres”.
Para leer con detalle las experiencias recogidas en la Memoria del Campamento Audiovisual de Mujeres y Territorios puede seguir este enlace en el Repositorio Kérwá. Además, en el perfil de facebook de este proyecto se pueden explorar otras iniciativas que están en ejecución.
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