Enciclopedias ilustradas rescatan memoria sobre agricultura indígena
Recreación visual de la forma de cultivo en la comunidad malecu. Foto cortesía del EC-408
El proyecto “Diversidad lingüística de Costa Rica” (EC-408) tiene como objetivo elaborar enciclopedias temáticas e ilustradas acerca de la agricultura tradicional y el manejo de alimentos en las lenguas bribri, malecu y el idioma de Brorán (Térraba), para la revitalización, visibilización y revaloración de las lenguas indocostarricenses.
Este es un proyecto que se desarrolla con Fondos Concursables de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) de la Universidad de Costa Rica (UCR). Estos fondos de financiamiento buscan motivar la creación de iniciativas nuevas de acción social por parte de las unidades académicas, que aporten a la búsqueda de soluciones a problemas de atención prioritaria en el país.
Según el Censo del 2011 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la población indígena de Costa Rica creció en 39% en relación al Censo del 2000. Para el año 2011, había 104.143 personas indígenas, lo que representa un 2,4% de la población total del país. Del total de población indígena sólo un 30,4% de la población habla una lengua indígena, lo que evidencia el proceso de desplazamiento que están sufriendo las lenguas indocostarricenses.
Este proyecto pretende romper con el esquema tradicional de documentar solo la lengua, y busca entender el idioma y la cultura como patrimonio, por medio de enciclopedias temáticas, en este caso sobre la agricultura tradicional indígena. La participación de las comunidades ha sido fundamental en el desarrollo de esta iniciativa.
“El hecho de ver documentos escritos como estos, es muy importante, hace que nosotros sintamos que tenemos posibilidades de decir las cosas, tengo posibilidad de tener voz, de decir yo existo, tengo posibilidad de decir yo puedo hacer esto, eso me pone un poco más orgulloso de alguna forma, entonces la gente empieza a escribir en su lengua. Estos son aportes reales diría yo, como bribri, reales a nuestra identidad, nuestra cultura y lengua” señaló Alí García Segura, miembro de la comunidad bribri.
Se consideró para el desarrollo de los contenidos no solo la manera en que se trabaja la tierra, sino también las semillas que se utilizan, los instrumentos de cultivo, los productos que se siembran. Además de detalles como la forma en que se agarran las herramientas de trabajo y las formas en que se siembra, que pueden variar de una comunidad a otra.
El proceso inició con visitas a las tres comunidades para realizar entrevistas, y visitas al campo de cultivo para recrear visualmente la memoria. Paralelo a esto se desarrolló la fase de ilustración, a partir de la documentación fotográfica realizada y se envió el material ilustrado a las personas de la comunidad para su corrección y posterior aprobación.
“El proceso de diseño es muy complejo, porque se está diseñando para una cosmovisión que es totalmente ajena a la que uno tiene. Uno tiene que tomar en cuenta que está haciendo diseño social, que es muy distinto a hacer diseño publicitario o diseño gráfico, en este caso estamos trabajando para una comunidad y hay que tomar en cuenta el respeto a su cultura, su tradición y a su conocimiento ancestral. Se trata de un proceso de aprender junto con ellos” explicó Nathalia Valerín Vargas, asistente de diseño del proyecto.
Una vez se cuente con la aprobación de las ilustraciones, se comenzará la fase de encajar la imagen con la lengua y se elaborarán enunciados cortos en la lengua de cada una de las comunidades, para acompañar la ilustración. El objetivo a futuro es convertir este material en unidades didácticas que involucren a todas las personas de la comunidad.
El D.r. Carlos Sánchez Avendaño, coordinador del proyecto, señala que “lo más rico del proyecto es en realidad el aprendizaje que hay por los dos lados, es un constante enfrentamiento entre lo que yo doy por sentado según mi experiencia de vida y la de las comunidades. Por ejemplo, yo no estoy acostumbrado a sembrar, para mi el alimento se compra y se cocina, mientras que para ellos primero se siembra, se cultiva, se mantiene y se cocina”.
Se destaca de este proyecto que surge por iniciativa de las comunidades, las cuales manejan la agenda temática y escogen a los miembros de la comunidad que por su experiencia pueden contribuir en el trabajo del proyecto. De esta forma, las comunidades indígenas asumen el proyecto como propio y no como imposición.
Para mayor información contactar a carlos.sanchezavedano@ucr.ac.cr o al teléfono 2511-8385
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