Escolares de Cañas Dulces y de El Salto de Liberia disfrutan de sembrar y cosechar alimentos frescos y sanos
En la Escuela de Cañas Dulces se siembra maíz, frijol, vainica y tomate en el suelo, con manejo orgánico, y distintas variedades de lechugas, tomate, chile dulce, pepino y pipián, con la técnica de hidroponía. Un módulo de cría de gallinas de doble propósito (huevos y carne) también alimenta el comedor escolar. Foto: Roberto Cerdas Ramírez
Estudiantes del Trabajo Comunal Universitario (TCU) de la Sede de Guanacaste TC-584 Protección agroalimentaria para comunidades suburbanas y rurales de Guanacaste, comparten todas las semanas conocimientos y la práctica de sembrar alimentos de manera creativa con niños y niñas de las escuelas de Cañas Dulces y de El Salto de Liberia, Guanacaste.
Adrián Zúñiga Wulff, estudiante de Agronomía, señala que el proyecto “es un intercambio de conocimientos, ya que ellos vienen de familias rurales también y uno tiene un poco de conocimiento técnico que viene a compartir con ellos, y uno se retroalimenta. Ellos mismos saben lo que están produciendo y no tienen necesidad de aplicar químicos porque le dan un manejo orgánico”.
En la escuela de Cañas Dulces de Liberia, los y las estudiantes universitarios apoyan labores de siembra en huerta en suelo de manera orgánica, así como en bancales con la técnica de hidroponía. Además realizan charlas en temas como clasificación de basura y reciclaje, y cosecha de agua, dadas las condiciones climáticas que se presentan en esta región.
La estudiante Ana Julia Sánchez García expresa que “los niños se interesan mucho, preguntan qué manejos hay que darle [a la huerta]. Lo quieren implementar en sus hogares y para ellos es muy importante porque, al ser una comunidad muy alejada de la zona céntrica, tienen la oportunidad de consumir alimentos frescos; y lo que más les gusta es que ellos mismos son los que producen”.
Este TCU es llevado a cabo por estudiantes de la carrera de Agronomía en conjunto con estudiantes de Turismo ecológico, Informática empresarial, Educación primaria e Ingeniería agrícola, los cuales también participan de las actividades educativas en las huertas como en el desarrollo de temas relacionados con la protección alimentaria y ambiental. Por ejemplo, el estudiante José Mario Sánchez Ramírez, de la carrera de Informática empresarial desarrolló una herramienta informática para apoyar la medición de emisiones de Carbono como parte del Programa de Bandera Azul Ecológica de ambas escuelas públicas.
Angélica María Cid Villegas, docente de la escuela de Cañas Dulces, expresa que “el aporte es sumamente valioso, ya que ellos [estudiantes de TCU] vienen con ideas frescas, conocimiento actualizado, ellos con su práctica, con su teoría, con sus técnicas innovadoras traen riqueza a nuestra escuela”.
El estudiante Manrique Cambronero Soto considera que en el proyecto “ha sido muy importante lo que hemos aprendido, porque sinceramente el TCU nos ha ayudado a relacionarnos más con la gente, a ver los problemas que tienen las comunidades. Lo importante de esto es garantizarle a los niños que están comiendo vegetales sin aplicaciones de agroquímicos”.
Por su parte, la directora Ginette Avilés Dinarte de la Escuela Julia Acuña de El Salto de Liberia y Premio Nacional de Educación Mauro Fernández Acuña en el 2012, señala que los y las estudiantes de TCU se convierten en referentes para los niños y niñas y les motivan a continuar estudiando para llegar a la universidad. Considera que el proyecto ha tenido impacto en la escuela como en las familias a las que se le ha enseñado a cosechar en sus casas. Expresa que “la felicidad más grande de ellos [escolares] es cuando Giselle, que es la cocinera, está picando las lechugas. Son los niños los que trabajan directamente la siembra, la cosecha y todo el mantenimiento de sustancias, de abonar. A mí me encanta el proyecto porque la escuela ha servido de modelo para otras regiones que vienen a visitarnos”.
Los docentes agrónomos a cargo del TCU, Edgar Vidal Vega Villalobos y Roberto Cerdas Ramírez, junto con el docente hoy pensionado, Eithel Vallejos Ruiz, han laborado en la Sede de Guanacaste por más de 30 años, desarrollando múltiples proyectos de formación en el campo de la seguridad y soberanía alimentaria de la región. Como ellos mismos explican, el TCU ha sido una fase integradora de un proceso que se inició con proyectos de Extensión Docente en colegios agropecuarios así como han desarrollado un abordaje integral desde la articulación del TCU con los Seminarios de Realidad Nacional de esta Sede Universitaria, consolidando así una estrategia pedagógica con carácter humanista propio de esta Universidad Pública.
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