Estudiantes reflexionan sobre su pasaje por el TCU
Los y las participantes del conversatorio: Othoniel Muñoz, Melania Rodríguez, Gloriana Acosta, Daniel Fernández (moderador), Valeria Montoya, Silvia Salazar y Jordan Durán. Se ausenta en la fotografía Isaac Vargas. (Fuente: Comisión de Acción Social de Psicología)
Compartir significados, sentires y aprendizajes relacionados a la experiencia del Trabajo Comunal Universitario (TCU) fue el objetivo del conversatorio “Saberes y experiencias: nuestro pasaje por el TCU”, explicó Daniel Fernández Vásquez, representante estudiantil ante la Comisión de Acción Social (CAS) de Psicología y encargado de moderar la actividad. El encuentro fue organizado por esta Comisión y se llevó a cabo el pasado jueves 17 de setiembre.
En el conversatorio participaron estudiantes de los proyectos TC-547 Apoyo a la población penal juvenil, TC-550 Gestión de riesgo en comunidades amenazadas del país, TC-608 Programa interdisciplinario de desarrollo comunitario en los distritos de Cutris y Pocosol de San Carlos, y TC-618 Promoción de inclusión y participación democrática en la institución escolar costarricense.
Sobre el impacto de los proyectos de TCU en la formación profesional, los y las participantes resaltaron la importancia del trabajo interdisciplinario como medio para potenciar sus conocimientos y aprender sobre otras especialidades, así como el diálogo de saberes con la comunidad para fortalecer el trabajo realizado. Se mencionó cómo el acercamiento a las comunidades permitió ponerles cara y nombre, para dejar de pensarlas como una población en abstracto.
Otros aprendizajes como la gestión con instituciones públicas, el proceso de escucha a las comunidades, el entendimiento de la Acción Social diferenciada del asistencialismo y la contribución de distintas disciplinas para tratar de mejorar las condiciones de las personas, fueron algunos de los elementos mencionados por las y los estudiantes. El reconocimiento de otras habilidades con las que se cuenta, que no necesariamente se relacionan con el quehacer académico, y los aportes a nivel personal también resultan valiosos.
Sobre el impacto del TCU en las comunidades, se discutió la importancia de la evaluación, ya que es la forma en que las poblaciones expresan los aportes o transformaciones que surgen del proyecto. El involucramiento de las comunidades y el cumplimiento de objetivos fueron señalados como los principales indicadores de éxito.
Otras formas de visualizar los impactos del trabajo en comunidad son: empoderamiento de sectores vulnerabilizados, muestras espontáneas orales y escritas de parte de los participantes, y el uso de técnicas participativas para conocer la utilidad de los procesos.
Para la docente encargada del TC-547 Licda. María José Masís Méndez, “se rompió, por decirlo de alguna manera, ‘el protocolo’ y se percibió el interés de compartir experiencias y vivencias con otros que están viviendo algo similar”, dijo refiriéndose al momento en que los panelistas se interrogaron entre sí. “Fue evidente la pertinencia de habilitar ese espacio [del conversatorio], pero también de dar continuidad a iniciativas de este tipo, en donde los y las estudiantes compartan sus sentires, pensares y dudas acerca de su pasaje por el TCU”, agregó. Para la Licda. Eugenia Boza Oviedo, directora de la Sección de TCU, estos espacios son importantes porque se reflexiona sobre el aporte que hacen los y las estudiantes no sólo a la comunidad, sino a la Universidad, para que ésta se nutra de esas experiencias.
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