Un salón comunal lleno de artefactos, fotos y memorias reunió vecinas y vecinos de la comunidad de Aquiares de Turrialba. Entre historias y tacitas de café, niños, niñas, jóvenes, personas adultas y adultas mayores se congregaron en pequeño salón ubicado al lado de la iglesia católica, para recordar o escuchar historias sobre la fundación del pueblo en el que habitan.

Los pasados 15 y 16 de diciembre del 2018, vecinos y estudiantes universitarios construyeron en ese pequeño salón un Museo Comunitario que recopilaba casi cien años de existencia de la comunidad a través de imágenes,  sonidos y objetos recabados en las mismas viviendas de la finca durante el desarrollo de una investigación realizada como parte del Trabajo Comunal “Escribimos la historia de las comunidades de Turrialba” (TC-688) de la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Este proyecto, según su coordinador Leonardo Pereira, consiste en que las y los estudiantes los estudiantes se acerquen a una comunidad, casa por casa, para que las personas les compartan sus vivencias y las de sus familias. Posteriormente estas historias se sistematizan y se recaban objetos que sirvan para construir museos comunitarios.

Jorge Arguedas, guardián de valiosos objetos que representan la historia de la comunidad y que se expusieron en el Museo Comunitario, comentó que para él es muy importante recordar la historia de la comunidad porque “es conocer nuestra identidad, de donde venimos y como somos”. Por esa razón, Arguedas comenzó una colección de objetos antiguos entre los que se cuentan máquinas de escribir, herramientas usadas para la construcción del ferrocarril y para la cosecha de café, además de fotografías escolares, colegiales y de trabajadores de la finca.

Grettel Solano, estudiante universitaria y también vecina de Aquiares, dijo que eligió este TCU porque le parecía interesante hacer algo diferente y además, porque se enteró que iban a trabajar en su propia comunidad y podía colaborar. “Aunque yo vivo aquí, hay muchas cosas que no sabía: de mis abuelos o personas que iba a entrevistar, que me conocían y yo no los conocía, conocer cómo era todo cuando no había luz, los juegos que hacían, las actividades cotidianas, es muy impactante cuando la gente se abre y nos cuenta. Tengo toda la vida de vivir aquí y poder aprender del lugar donde vivo es muy bonito y hacer actividades para aportar a la comunidad”, dijo.

Aquiares es una comunidad cafetalera ubicada en Turrialba. Habitan allí cerca de 300 familias de caficultores. Entre sus mayores atractivos se destaca la planta procesadora de café, la escuela primaria que tiene más de cien años de edificada, y la iglesia católica que es Monumento Arquitectónico Histórico Nacional.