Juguemos en el bosque invita a revisar la construcción de la femineidad
La obra resultó ganadora del programa Jóvenes Produciendo en el 2019.
Juguemos en el bosque es una creación colectiva de Lucía Alvarado, Pamela Alfaro, Kathleen Muñóz, Susan Vargas y dirección escénica de Elvia Amador.
El Teatro Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) inicia su temporada 2020 con el remontaje del espectáculo “Juguemos en el bosque”, una creación colectiva dirigida por Elvia Amador en la que cuatro actrices cuentan y representan diferentes relatos que surgen a partir de la pregunta ¿qué es para ellas ser mujer?
Las funciones serán el sábado 22 de febrero a las 7:00 p.m. y el domingo 23 de febrero a las 6:00 p.m. en el Teatro Universitario en San Pedro de Montes de Oca. Las entradas tendrán un costo de 6000 colones para público general y 4000 colones para ciudadanos de oro y estudiantes con carné.
Para Amador la obra sugiere un tránsito por algunos lugares o conceptos comunes en las mujeres del elenco como la herencia, las heridas, el miedo, el poder, la máscara, la religión, las leyendas, la maternidad, la sororidad, la esperanza y otros.
A partir de relatos como la caperucita roja, la patita, la llorona y la huesera, y de figuras de la infancia como los títeres, las muñecas, las mascaradas, las abuelas cuentacuentos o los patitos de goma, la puesta en escena le propone al público un lugar activo de juego con su propia memoria; un encuentro simbólico con sus experiencias de vida.
Proceso de creación
Juguemos en el bosque es una creación colectiva que aborda el ritual teatral y el tema de la construcción de la femineidad desde la tradición; valorando el fenómeno de la herencia en la transformación social.
De la mano de Amador, las estudiantes y actrices Lucía Alvarado Montoya, Pamela Alfaro Kathleen Muñóz Delgado y Fernanda Calvo González compartieron sus experiencias, que fueron base importante para la creación.
No solamente las actrices/creadoras forman parte del proceso creativo, lo hicieron también estudiantes de la Escuela de Artes Dramáticas de la UCR en las áreas de diseño escenotécnico y realización.
A nivel conceptual, el proceso creativo tuvo diversas fuentes de inspiración, tal es el caso del trabajo de la Dra. Clarissa Pinkola quien propone rescatar los cuentos y relatos familiares para analizar los procesos de construcción de las identidades de la mujer. Para la directora “este abordaje y los valores humanistas de la universidad, fueron los puntos de partida para decidir enfrentar el contexto socio político con una propuesta teatral, así como la urgencia por exponer el punto de vista de las creadoras acerca de la construcción del concepto ‘mujer’”.
La obra procura desmitificar al lobo como culpable de la percepción del mundo de Caperucita, es decir plantea la comprensión de la femineidad como construcción individual en el complejo contexto moderno, donde parece a veces más importante abrir una cacería de brujas que enfrentar la base del problema, anotó Amador.
“Consideramos que la obra puede ser útil como sensibilización del fenómeno social, de lucha feminista por el respeto y la paridad, poniendo en perspectiva a la comunidad costarricense desde un ángulo novedoso, con un alto nivel de empatía por cuanto el lenguaje que utiliza es cálido y accesible para todos los estratos sociales(...), ya que el texto juega con elementos familiares y referentes comunes para los y las costarricenses”, explicó.
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