Niños, niñas y jóvenes de Talamanca aprenden sobre uso de hongos y su valor cultural
Comunidades de Bajo Coén y Coroma elaboran libro para documentar saberes ancestrales
Don Hernán Segura, líder comunitario de Bajo Coen, sugetando en su mano un cuerpo fructífero del hongo Macrocybe titans, un hongo de grandes dimensiones que suele crecer en hormigueros viejos de hormigas zompopas.
El proyecto de Acción Social Tradición oral sobre los macrohongos en una comunidad Bribri nace en el año 2019 como una iniciativa estudiantil de un grupo de jóvenes de la Escuela de Biología. Su objetivo es el rescate de los saberes en el cultivo, usos y representaciones simbólicas de los hongos en esa comunidad.
Como parte de sus labores, han elaborado junto con la comunidad un libro para los niños y niñas de la Escuela de Bajo Coén y Coroma en el cual, se recopila información documentada de los saberes tradicionales de los hongos como una manera de revitalización de la cultura Bribri.
Este libro pretende ser utilizado como medio para aprender los nombres científicos, en español y en Bribri de los hongos que la comunidad conoce y utiliza. Además, incluye juegos relacionados con la biología de los hongos y su importancia en la naturaleza, la necesidad de conservarlos a nivel ambiental y de conocerlos más a fondo.
“Cuando ellos vinieron a proponernos ese libro nosotras dijimos que sí, que queríamos el libro, porque tal vez hay partes que ya los hijos de nosotras están olvidando y nosotras también lo estamos olvidando. Ya los mayores mayores no existen y los que están no tienen idea de lo que los ancestros hacían”, comentó María Hernández Sánchez, vecina de la comunidad de Bribri, Talamanca.
Los hongos han sido de gran importancia para la cultura Bribri por su gran potencial medicinal y como fuente de alimento. Muchos de los hongos silvestres aportan gran cantidad de nutrientes y vitaminas al cuerpo, además, poseen propiedades medicinales que podrían ayudar a prevenir el desarrollo de células cancerígenas, regular la presión arterial, fortalecer el sistema inmunológico, entre otros.
“Este es un proyecto muy importante porque los jóvenes de hoy en día no conocen esa forma de comida que había antes de nuestros ancestros. Ellos morían ya viejitos viejitos, pero no morían de enfermedad, sino porque ya su ciclo había terminado. No morían desvariando su memoria, tenían recuerdos nítidos y no tenían una sola cana. Entonces para mí es importante este proyecto y este libro, para que nuestros jóvenes vean lo importante que es”, expresó Justo Torres Layan, Awá y líder comunitario Bribri.
Los y las estudiantes que forman parte del proyecto aseguran que los procesos de diálogo han sido la parte más importante de la labor en comunidad, ya que por medio de este intercambio de saberes, más personas se han interesado en la práctica, se han fortalecido las redes de trabajo y las personas jóvenes han encontrado un espacio para reconectar con su cultura.
“Al elaborar un libro de forma comunitaria también se discute y comparte, esos son los datos que van a salir al final en el libro, la gente que lo va a leer después y la gente que va a ser impactada, por lo que más bien es el proceso de hacerlo lo que tiene un beneficio para la comunidad. Este libro es el trofeo de todo el trabajo que han hecho” comentó Isaac Solano Rodríguez, estudiante de la Escuela de Biología.
Para la Universidad de Costa Rica el trabajo en comunidad es fundamental. Es lo que permite a los y las estudiantes conocer sobre la realidad más allá de las aulas y poner en práctica los conocimientos adquiridos desde la teoría, por lo que el aprendizaje siempre sucede en una doble vía.
“Es importante como estudiantes y funcionarios de las universidades públicas poder llegar, compartir y escuchar las cosas que las comunidades tienen que decirnos. Creo que hay muchas herramientas que nosotros les podemos ofrecer, pero también hay muchísimas cosas que nosotros aprendemos a la hora de compartir”, expresó Andrea Orellana Mondol, estudiante de la Escuela de Biología.
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