Proyecto universitario promueve educación ambiental en la provincia de Limón
Se detecta baja participación e interés de la comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS
Estudiantes durante una campaña recolección de desechos sólidos
Limón es una provincia cuya población es afectada por la contaminación de fuentes acuíferas, dificultando el acceso al agua potable y en algunos de sus cascos humanos, se muestran problemas de una adecuada gestión de los residuos sólidos.
La Universidad de Costa Rica (UCR) por medio del proyecto de acción social Promoción de la Gestión Ambiental en la provincia de Limón (ED-1772), promueve la Educación Ambiental en los campos de la gestión integral de residuos sólidos y la protección del recurso hídrico.
Desde sus inicios del 2012, el proyecto surgió como una iniciativa a lo interno de la Sede del Caribe para implementar una serie de buenas prácticas ambientales. Posteriormente, en el año 2016 el proyecto cambia su orientación y se proyecta hacia el resto de la provincia, así lo confirmó Fernando Bermúdez Kuminev, colaborador del proyecto.
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Para Bermudez, la educación ambiental en la provincia es de suma importancia ya que hay un gran analfabetismo ecológico: “el proyecto responde ante esa incapacidad en la que no hemos podido leer nuestro entorno y cómo nos relacionamos con él. Por ejemplo en la playa de la ciudad de Limón se hace limpieza por lo menos una vez por mes, ¿por qué pasa esto? Porque hay mal manejo de los residuos sólidos y desconocimiento del factor movilizador del agua que arrastra todos esos residuos”, argumentó.
Dentro de sus principales actividades, este proyecto contempla la capacitación en educación ambiental y el establecimiento de relaciones con múltiples actores de la zona como asociaciones de desarrollo integral (Río Blanco, Limón 2000), escuelas y colegios, asociaciones administradoras de acueductos y alcantarillados (Río Blanco) y la Asociación Talamanqueña de Ecoturismo y Conservación (ATEC). También ha trabajado con la empresa privada. Para ello, utilizan una metodología dialéctica en la que se llega a las comunidades a escuchar las necesidades, aportes y experiencias, destacó Bermudez.
Para el coordinador del proyecto, Olman Araya Mejías dentro de los principales logros se destaca: tener esquemas de información como talleres, infografías e información para capacitar personas en la Región Caribe en temas de gestión del recurso hídrico y la gestión integral de residuos sólidos, así como publicaciones, que han logrado colocar en el repositorio institucional Kérwá.
Adicionalmente, también destaca la realización en forma bianual desde el año 2018, de un Encuentro de Educación Ambiental a nivel de la Región Huetar Caribe y múltiples capacitaciones con ASADAS y comunidades de la provincia de Limón, con la participación del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA). Para Bermúdez, la inversión en Educación Ambiental ayuda a la comunidad a determinar su modelo de desarrollo.
Alianzas estratégicas
Para Mayra Alejandra Mejía Fernández, gestora socioambiental de acueductos rurales del AyA, el trabajo en conjunto que han venido realizando con la UCR en el marco de este proyecto, es un gran apoyo ya que son apenas once personas para atender, asesorar y acompañar en la gestión del recurso hídrico a 120 ASADAS de la Región Huetar Caribe. En este momento, el trabajo con la UCR se concentra inicialmente en cuatro ASADAS.
"La educación ambiental y estrategias de abordaje en la región son de vital importancia por la variedad de grupos étnicos, idiomas y culturas así como por la variedad geográfica en donde hay zonas costeras, urbanas y rurales. Por otro lado, la calidad del agua presenta una alta dureza con presencia de hierro, manganeso, fluoruro, calcio, lo que podría traer consecuencias para la salud y problemas para su distribución por acumulación de calcio en las tuberías de distribución y el costo de las plantas removedoras de estos metales es de alto costo económico" indicó la gestora Mejía. Es por ello que crear conciencia sobre la gestión del recurso hídrico e incluso capacitar a las comunidades en el mantenimiento de la plantas de tratamiento, es indispensable.
Finalmente, Mejía destacó el componente social del proyecto universitario, ya que se ha detectado una baja participación e interés de las comunidades por involucrarse en las juntas directivas de las ASADAS, las cuales están en su mayoría conformadas por hombres adultos y donde la participación de la mujer y de personas jóvenes es escasa. “Es por eso que tenemos la responsabilidad de informar, motivar a la población a ser parte de la solución, cuidar su recurso hídrico y sus recursos naturales, desde pequeñas labores diarias” concluyó.
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