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UCR Coral cerró 2018 con gala navideña

Fecha de publicación:


Lun, 17/12/2018

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Autoría:


Anna Orozco (Periodista UCR Coral)

img-noticia-UCR Coral. Foto cortesía de la agrupación.

UCR Coral. Foto cortesía de la agrupación.

El pasado sábado 15 de diciembre a las 7:00 p.m., en la Sala Magna de la Universidad de Costa Rica, “UCR Coral” presentó dos obras del Maestro Marvin Camacho: el "Oratorio de Navidad" y la “Cantata negra” acompañado del coro de voces blancas “Sinergia coral”  y como invitados solistas la Soprano Ivette Ortiz, la Mezzo soprano Marcela Alfaro, el Tenor Ernesto Rodríguez y el Bajo Gabriel Morera. 

El “Oratorio de Navidad” es una obra sumamente importante para la historia de la música en Costa Rica debido a que es la segunda composición de este género en el catálogo nacional; la primera fue compuesta en 1933 por el maestro Alejandro Monestel.

El Oratorio –que UCR Coral estrenó en 2014 y que retoma ahora como forma de engalanar el ambiente navideño nacional- está integrado por doce partes, cada una de ellas correspondiente a uno de los años de la niñez Jesús, según la narran los evangelios canónicos, más una obertura, porque “los evangelistas dan cuenta de la vida de Jesús hasta los 12 años y luego no hablan nada de él hasta que aparece predicando en Galilea”, señala el compositor.

La obra se aleja del estilo armónico de su otra obra sacra, los “Salmos Cotidianos” y aunque contiene las disonancias que caracterizan la obra de Camacho Villegas, vuelve a ser más modal y más tonal.

El “Oratorio de Navidad” tiene una estructura polifónica alternada con importantes y ricos bloques de homofonía” dice el compositor.

La obra sintetiza viejos proyectos de su creador quien recuerda que desde niño soñó con escribir una obra de este tipo y que, incluso, tenía anotado en una pequeña libreta que compró expresamente para eso, que la obra tendría un “Gloria in excelsis” y un “Adestes fideles”. Con el Oratorio de Navidad, “esa parte de mi pasado confluye a mi presente para concluir el deseo de un niño, que vivía en Barva de Heredia, inmerso en la tradición católica y que soñaba con componer”.

Según el criterio de Didier Mora Monge, fundador y director de la agrupación coral “el Oratorio es una obra compleja estructuralmente, con mucho carácter, con mucho peso y bastante difícil de afinar por sus líneas melódicas, descendentes cromáticas, sobre todo”.

“Si bien habíamos cantado el Oratorio en 2014, este año, el maestro Camacho retomó el texto y lo ha remoldeado, recreándolo nuevamente, haciéndolo una obra cambiante, dinámica. Lo principal es que se han agregado números, creado nuevo contenido y variando algunas características importantes”, indicó Mora.
A UCR Coral se sumaron cuatro destacados solistas y el coro de voces blancas, “Sinergia Coral”, proveniente de San Ignacio de Acosta.

La “Cantata negra” es una obra que nace como un tributo a la obra literaria de Quince Duncan –de quien recientemente se han celebrado en Costa Rica 50 años como escritor-.  De manera tal que los movimientos de la obra surgen de los textos narrativos de Duncan, ejemplo de ello son “Mama Bull” o “Tucumá”, personajes creados por el escritor.

La obra de Camacho propone una característica polirrítmica y hace alusión a las fiestas y la celebración de la cultura afro-descendiente. Inicia con toque de universalidad, un texto de Nicolás Guillén, “un homenaje a la afrodescendencia universal a partir de la obra de Guillén”, dice Camacho.

Así, el “Songoro cosongo” de Guillén va incluido tanto en el “Preludio” como en el “Canto Negro”, con el que cierra la “Cantata”, jugando con una increíble variedad de voces que evocan desde el escenario la obra del escritor cubano pero también a  África y a su legado cultural disperso por el mundo y que llegó a tocar también a nuestro país.  Los restantes movimientos internos de la obra son el contenido que el maestro Camacho Villegas aporta al homenaje a la invaluable obra de Quince Duncan.

Didier Mora Monge señala que “a nivel técnico, la Cantata es un gran reto porque contiene no solo un tipo de ensamble poco usual como es piano y percusión sino que, además, la compleja estructura de la rítmica aunada a las líneas melódicas que el maestro Camacho ha compuesto traen una gran dificultad estructural y de ensamble.  Camacho no se ha cohibido en el uso de melodías contemporáneas difíciles de afinar. Esto ha sido un gran reto para el grupo”.

Para Mora, la “Canta negra” exalta los valores y la mística de la cultura limonense vertidos en la escritura de Quince Duncan. “Habla, por ejemplo, de una diosa descrita en la obra de Duncan, Mama Bull, cuyos favores, como la prosperidad o la  vida, se obtienen a través del canto, la danza”.

“Por su carácter rítmico, la Cantata pareciera más un gran Suite cantada. Esto, de gran manera a las formas musicales contemporáneas y a la literatura costarricense con una obra sinigual que no encontramos en ningún otro compositor contemporáneo actual” explica.

Haber logrado preparar y presentar dos obras tan complejas, a criterio del director, implica que UCR Coral alcanzó en esta temporada “tanto madurez en la técnica pero también interpretativa de la compleja y rica obra de este compositor costarricense contemporáneo”.

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