La Dra. Libia Herrero Uribe, Vicerrectora de Docencia de nuestra Institución, aprovecha su espacio libre, aunque sea reducido, para realizarse como artista visual. Ha creado una serie de vitrales ecológicos, con los que traduce y armoniza el binomio científico-artista que todo ser humano lleva dentro y que se manifiesta, sin barreras, en la infancia.

La Sección de Extensión Cultural, de la Vicerrectoría de Acción Social, expone su trabajo como parte del proyecto Exposiciones y Asesorías Plásticas y Curatoriales a cargo de Don Luis Paulino Delgado. Dichas obras exhiben en el Vestíbulo de Rectoría, Edificio Administrativo B.

A través de sus obras se puede descubrir y compartir el mundo bucólico en donde vive Libia: en medio de frondosos árboles, el susurro de un riachuelo, hermosas flores selváticas y, en particular, dentro de una mística casa, que hacen de su hogar un maravilloso oasis en contraste con el ruidoso y moderno mundo del San Rafael de Escazú de hoy. En ese mundo de ensueño, contrasta el espacio en el cual el intelectual-científico halla respuesta a sus investigaciones.

Su vida

Herrero realizó estudios académicos posdoctorales en la Universidad Estatal de Arizona; entonces ocupaba su tiempo en las investigaciones. En una ocasión, descubrió que podía recibir clases de arte, de pronto fue conquistada por la técnica del vitral. Para ella, la transparencia y el color en fragmentados espacios delimitados por el metal producen obras al paso de la luz natural o artificial entre ellos.

Además, con el vitral se consiguen libres expresiones de arte las cuales asaltan el alma del espectador y provocan que su arcoiris de colores sea el maná del alma de quienes le aprecien.

Al inicio, doña Libia se inspiró en el estilo tiffani, realizó réplicas en lámparas con hermosos diseños florales. Hoy, esta Vicerrectora  tiene un estilo propio: lámparas de irregulares formas, con abstracciones de colores que son referente inspirado en su entorno –colores fríos verdosos y azulados atrapados por el negro del metal y en los cuales los rojos y los amarillos equilibran esa armonía de formas y colores–.  En sus propias palabras, son una traducción de su selvático entorno en el cual emergen flores de colores fuertes que armonizan, de manera natural, con esa masa original verde-ecológica del ambiente de su hogar.

Con sus lámparas de múltiples colores, con la luz natural o artificial, queda demostrado que el científico y el artista es un binomio: el científico descubre una verdad para el bien común de los seres vivientes y el artista con su expresión plástica, en esta ocasión de lámparas de múltiples colores en vitral, se convierte en el medio pacífico para sensibilizar el alma del ser humano en un equilibrio entre lo físico y lo espiritual.

Mayor información: sandra.navarro@ucr.ac.cr