Sin barreras etarias o de formación académica, la población costarricense puede acceder anualmente a un promedio de 750 actividades de educación continua permanente, que desarrolla la Universidad de Costa Rica (UCR) para generar capacidades laborales o habilidades para la vida en todas y todos.

Con ese fin la sección de Extensión Docente de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) coordina cerca de 450 proyectos desarrollados por diversas unidades académicas que se enmarcan dentro de la educación no formal, que aunque no conducen a la obtención de un título académico, es certificada por la Universidad de Costa Rica a aquellas personas que cumplan determinado número de horas de formación en actividades de asistencia, participación o aprovechamiento.

Entre las actividades de educación no formal destacan actividades como la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología, las Olimpiadas de Matemática, los Cursos Libres, el Programa de Educación Abierta, talleres, seminarios, congresos, cursos cortos, pasantías, así como servicios de asesoría y consultoría.

Estas actividades son desarrolladas tanto en las diversas sedes de la UCR a lo largo y ancho del país, como en las propias comunidades, a donde la Universidad llega por lo general luego de un proceso de diagnóstico o investigación, con miras a intervenir en torno a una problemática puntual.

Actualmente, los proyectos de educación continua permanente alcanzan todos los cantones del país donde se trabaja sobre todo en desarrollo comunitario, y más allá de las fronteras, gracias al desarrollo de módulos educativos donde el único requisito es que las personas tengan conectividad a Internet.

Impartidas por un recurso humano muy diverso, en su mayoría funcionarias  y funcionarios universitarios, las actividades para generar capacidades laborales van desde la formación de técnicos en emergencias médicas, asistencia dental, asistencia en atención primaria de salud, administración financiera, planificación estratégica, contratación administrativa para la gestión pública y presupuestos públicos, hasta la capacitación en idiomas, educación, informática, manipulación de alimentos, artes plásticas, artes musicales, y nutrición, entre muchas otras.

Uno de estos programas, por ejemplo, está dirigido a la formación de maestros de obras, a quienes no solo se les hace énfasis en lo que se refiere a la construcción o a la lectura de planos, sino que se les dan principios para tengan algunas nociones de lo que es el manejo de presupuestos en obras de infraestructura. Por lo general esta población tiene una titulación de 6to grado de primaria, y para los participantes es de gran satisfacción recibir un certificado de la Universidad de Costa Rica.

Existen otros programas, dirigidos al desarrollo de habilidades para la organización, que normalmente surgen a partir de procesos que se dan desde las comunidades para establecer asociaciones administradoras de acueductos rurales o para luchar por el ejercicio de un derecho, por ejemplo.  Muchos de los proyectos llegan a fortalecer esos procesos de organización en comunidades que están muy desarticuladas con miras a que se reconozcan como grupo con derechos, pero que para lograr ejercerlos necesitan desarrollar habilidades para negociar y lograr consensos.

También forman parte de los programas de educación continua, aquellos dirigidos a la actualización de conocimientos o metodologías de profesionales de diversas disciplinas, que se imparten en las sedes de la UCR.

Para llegar a grupos específicos o a personas que debido a la lejanía de las zonas donde viven no pueden acceder a estos cursos, ya varios proyectos han incursionado en la educación virtual.

Tal es el caso del curso sobre disciplina en el aula, que enseña técnicas para el manejo de la disciplina del estudiante en el espacio escolar. A través de Internet los docentes acceden a un módulo cada semana y se actualizan en la materia para desarrollar esas técnicas. Otro curso virtual, que se imparte en vinculación con República Dominicana es el de inocuidad de alimentos.

Para la UCR cada persona que participa en un proyecto de Extensión Docente es parte de la comunidad estudiantil, independientemente de su edad o de su formación académica, por lo que puede utilizar la infraestructura de la Universidad al igual que el alumnado que estudia una carrera.