El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de las Mujeres, por lo que desde la Universidad de Costa Rica (UCR) se organizó el coloquio “Voces contra el machismo en la academia”, un concierto con el grupo Claroscuro y la cantante Guadalupe Urbina, y presentaciones artísticas que incluyeron danza, poesía y mucha música.

El coloquio forma parte del Simposio Internacional Mujeres en la Música, un proyecto feminista que permite crear comunidad y un espacio para hablar críticamente sobre mujeres, música y la relación entre ambas en la actualidad. Mujeres de distintos ámbitos de la música compartieron sus experiencias de violencia y discriminación a causa de su género dentro del ámbito musical.

“El conflicto más grande al que he llegado como música y como mujer es que no he encontrado, ni siquiera en el arte o en la música dentro de la academia, un espacio seguro para mí. Hasta ahora estamos teniendo la oportunidad de crear estos espacios que permiten la visibilización de la violencia y la posibilidad de entablar diálogo y esperamos seguir construyéndolos hasta que todas nuestras demandas sean escuchadas”, expresó Alexa Ellis Montoya, saxofonista, vocalista del grupo Las Sirenatas y expositora del coloquio.

Ana Carter, fundadora del grupo Claroscuro, describió la actividad como un lugar de ruptura y de resistencia. “Aquí hablamos de lo que hemos vivido, de lo que hemos hecho, lo que hemos logrado y buscamos la creación de esa ruta de transformación que necesitamos, indicó.

Dentro de los principales temas de discusión entre las mujeres asistentes destacaron la brecha de género en distintas áreas de producción musical, el acoso sexual, la invisibilización del trabajo y la falta de mecanismos que acuerpen a las mujeres ante casos de violencia.

“Nosotras podríamos hablar de todos estos temas si nos sintiéramos seguras, pero no hemos tenido esas oportunidades o encontrado la suficiente apertura de quienes sí tienen poder de toma de decisiones para que podamos exponer la situación y nos acuerpen al afrontar las consecuencias que esto genera en el estudio y nuestra vida profesional”, expresó Ellis. 

Stephanie Morera Córdoba, estudiante de Dirección Orquestal y asistente en la actividad, comentó que “tendemos a imaginar los espacios artísticos como sitios abiertos y libres y resulta que no, dentro de estos espacios también hay formas de violencia muy explícitos y en una carrera como la mía donde el noventa por ciento de las personas son hombres, espacios donde se puedan compartir experiencias con otras mujeres siempre ayuda a construirse y empoderarse”.

El concierto también contó con la participación del grupo de saxofones de la Sede de Occidente, Danza Universitaria y poesía por Paula Piedra, Paola Valverde Alier y Meritxell Serrano.

Por medio de todas estas expresiones artísticas, se instó a continuar con las luchas en defensa de los derechos, a romper el silencio y construir de manera colectiva oportunidades para compartir experiencias y utilizar el arte como herramienta de defensa y demanda.

“El más grande logro que para mí ha tenido claroscuro es poder tomar la teoría y ponerle ritmo. Hemos logrado que la gente baile la teoría feminista y tararee la denuncia y eso es lo que le llega a la gente para generar cambio”, expresó Carter.

Las artistas coinciden en que el norte de los movimientos feministas debe dirigirse a la búsqueda de la sororidad, a trabajar en conjunto y resistir juntas, pero sobretodo hacen un llamado a “ser incómodas” en la visibilización de denuncias y exigencia de derechos. “Seamos incómodas, no dejemos de incomodar y vayamos a teñir de mujer este mundo”, concluyó Carter.