Manejar computadoras, Internet, teléfonos inteligentes, tablets o un nuevo idioma, puede parecer difícil para quienes pasan los 50 años, pero en el Recinto de Paraíso de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Programa de Educación Continua (ED-3194) facilita a través de cursos adaptados la navegación de estos nuevos aprendizajes para personas de la zona.

El Recinto ofrece cursos especiales de Inglés, Computación, Internet y Manejo de Dispositivos Móviles, adaptados a las necesidades y ritmos de estas personas.

Según cuenta la coordinadora del proyecto, Mariela Madriz, estos cursos se crearon a solicitud de grupos organizados de la comunidad que se acercaron porque tenían la necesidad y como la vinculación con los vecinos es muy fuerte, siempre que es posible, la Universidad responde a estas solicitudes.

Walter Valverde, de 71 años y vecino de Cartago, es una de las personas que llegó a los primeros cursos. Empezó con el curso de Computación, luego con el de Internet e Inglés (ya está en sexto nivel) y ahora está llevando el de Dispositivos Móviles.

Según dice, los cursos son excelentes y le han servido para ponerse al día con la tecnología, además de que lo que aprende, lo usa en su trabajo. Valverde considera que “los profes son excelentes, los horarios son cómodos y más bien, viene poca gente. Debería venir un montón, porque es mucho el sacrificio de los profes y de la Universidad”.

Isabel Méndez asiste al mismo curso, vive en Paraíso, tiene 52 años, es mamá de 3 y tiene una empresa familiar. Cuenta que completó tres módulos de cómputo y ahora está aprendiendo a usar mejor su celular y su tablet. “Antes tenía teléfono solo para escribir mensajes, tenía una tablet y no podía utilizarla, ya ahora estoy aprendiendo. Además con mi esposo tenemos un servicio de catering y no podíamos ni mandar un correo, una cotización, pero ahora ya yo sé, vengo a clases y le enseño a mi esposo, y nos sirve para el negocio”.

De acuerdo con Leonardo Gómez, estudiante avanzado de Informática y profesor de los cursos de Computación y Dispositivos móviles, su mayor aprendizaje ha sido “que la brecha tecnológica la hacemos los jóvenes”.

“Ellos nos enseñaron a caminar, a comer, a planchar, a cocinar. Ahora son ellos quienes llegaron a un punto en que tienen que aprender algo nuevo y no les enseñamos, no nos tomamos el tiempo. Todos los señores llegaron acá contando que los nietos les hacían las cosas, pero no les explicaban. Sentir que cerramos esa brecha ha sido lo más gratificante”, reflexiona Gómez.

Hazel Romero, estudiante avanzada de Inglés se vinculó al proyecto para hacer su práctica docente y dice que “no cambia por ninguna otra esta experiencia”, porque le ha permitido crecer personal y profesionalmente, sensibilizándose y haciendo uso no sólo del idioma sino de todas las teorías pedagógicas que aprendió en clases.

Para Liliana Vargas, estudiante del tercer nivel de Inglés, las clases son agradables, porque se adaptan a las necesidades. Cuenta que la metodología “es muy práctica y nos ponen mucho a conversar, eso es muy bueno porque una se motiva de sentir que puede”.

Para conocer más sobre el Programa de Educación Continua del Recinto y las opciones de formación que ofrece, consulte este enlace o comuníquese al teléfono 2575-4029.