Estudiantes de TCU construyen con bomberos robot que analiza sustancias tóxicas
Con este robot se pretende una autonomía de entre 30 minutos a 1 hora , para que el robot pueda sacarse de la unidad, ponerle baterías frescas, colocar los sensores y mandarlo a trabajar. Foto: cortesía del TC-629.
Estudiantes del Trabajo Comunal Universitario (TCU) “Aplicación de soluciones automatizadas o robóticas en MiPyMEs de capital nacional que promuevan la inserción laboral inclusiva (TC-629)”, están construyendo un robot para la Unidad de Materiales Peligrosos del Cuerpo de Bomberos de Costa Rica. Desde su conocimiento en diversas disciplinas, las y los jóvenes universitarios aportan en la construcción de este robot que busca cuidar la vida de quienes se arriesgan todos los días: los bomberos.
“La idea principal es crear un carro de exploración para mantener la seguridad de los bomberos en situaciones de alto riesgo donde se presenten gases tóxicos, estructuras dañadas o químicos derramados. El robot entraría en lugar del bombero a realizar las mediciones para verificar la atmósfera del lugar. “Si pasara algún accidente, el daño lo recibiría el robot y no el bombero, manteniendo pérdidas únicamente materiales”, explicó Erick Fernández Camacho, estudiante de Ingeniería Mecánica.
Un derrame de gas, de cloro o de compuestos tóxicos y desconocidos suelen ser las sustancias que la Unidad de Materiales Peligrosos se encuentra en cualquier emergencia. Si no fuera por el equipo que deben colocarse antes de hacer las mediciones manuales, podrían sufrir graves daños, incluso perder la vida.
Se estima que con el robot, el proceso de análisis de la atmósfera se bajaría a más de la mitad del tiempo total, que puede llegar a ser de 30 minutos y hasta 1 hora, donde la máquina hace las mediciones, manda los datos y ayuda a establecer un perímetro en la emergencia.
Luis Ávila Villalobos, encargado del departamento de Prevención e Investigación de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Costa Rica aseguró que el principal beneficio es no exponer al bombero a una sustancia o concentración desconocida.
Además destacó que el cansancio físico y el estrés que le ocasiona al bombero la utilización de los equipos actuales es otro de los elementos que se eliminaría. “Al no requerir la utilización de los trajes de protección especializados para realizar la inspección y tomando en cuenta los tiempos extensos requeridos en este tipo de labores se evitarían el agotamiento físico del bombero” explicó.
Datos del Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, indican que la Unidad de Materiales Peligrosos atendió el año anterior 4890 emergencias, donde el 95,55% de las emergencias fueron de gas licuado en estructuras. Para lo que llevamos del 2016, ya se han atendido 2246 emergencias, donde las fugas de gas sigue siendo el accidente más atendido.
Para Ávila la experiencia de desarrollar este proyecto con el Trabajo Comunal Universitario ha sido una gran experiencia de trabajo colaborativo entre bomberos y estudiantes.
Los bomberos se acercaron al TCU con una idea del robot para cubrir la necesidad que tenían, sin embargo este prototipo no necesariamente respondía a las necesidades que ocupaban cubrir, por lo que los estudiantes del TCU se dieron a la tarea de generar una propuesta a partir de recursos y condiciones accesibles y viables de bajo costo.
“Tenían una propuesta con un robot con un montón de patas, entonces con lo que nosotros conocemos en ingeniería, mecánica, robótica, fuimos primero a observar qué era lo que se tenía, luego hablar con los bomberos sobre qué era lo que necesitaban, lo que querían y luego, comenzar a trabajar”, explicó Gerardo Arias Fernández, profesor de la Escuela de Ingeniería Industrial y colaborador del TC-629.
Erick Fernández, estudiante del TCU, añadió que ha podido ayudar a la sociedad desde la perspectiva que más le agrada: el diseño de una solución ingenieril para la sociedad. “Todo fue un trabajo entre un grupo pequeño de personas que nos encargamos de diseñar todo lo necesario para lograr el objetivo”, expresó.
Por otro lado, Sofía Suárez Zúñiga, estudiante de Arquitectura, contó su experiencia: “En la UCR se desarrollan muchos proyectos de los cuales el país podría adquirir progreso en diferentes áreas, este es solamente uno de tantos, la utilización de la tecnología en este tipo de emergencias es vital para agilizar procesos que pueden resultar muy peligrosos y el involucramiento de ambas instituciones en un proyecto como este logra una cooperación que trae como resultado en enorme beneficio, ya sea a nivel técnico o económico, debido a que se trabaja con las necesidades reales de los bomberos”.
El TC-629 de la Escuela de Ingeniería Industrial, ha trabajado también con panaderías, sastrerías, incluso una fábrica de jaleas y mermeladas, pues parte de la labor del TCU es contribuir a micro, medianas y pequeñas empresas para que puedan automatizar procesos tediosos, peligrosos y complicados.
Este TCU ha contado con el aporte de estudiantes de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Eléctrica, Ingeniería Industrial, Arquitectura, Física, Administración de Empresas, Comunicación Colectiva e Informática, que a lo largo de un amplio proceso han participado en la construcción del robot que facilitará la labor de quienes arriesgan su vida por salvar muchas más. Cerca de 30 estudiantes han colaborado con este proyecto.
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