Estudiantes enseñan a leer a personas adultas en Pavas
Cada sábado, este grupo de personas adultas en Pavas, aprenden de las letras. Foto Juan José Rodríguez.
Lea las siguientes palabras: globo, iglesia, llave. Para casi 87 mil personas en el país les será imposible hacer esta tarea que a usted le tomó tan sólo unos segundos.
Hasta hace unos meses, en Rincón Grande de Pavas, un grupo de 5 personas adultas era parte de ese 3% a nivel nacional que no sabe ni leer ni escribir. Sin embargo, desde abril de este año el proyecto “Hacia el ABC”, de Iniciativas Estudiantiles, ha brindado las herramientas para que sábado a sábado estas personas conozcan el mundo de las letras.
El proyecto es coordinado por Ana Rodríguez Cruz, de Ingeniería Eléctrica, y Marcos Vega Méndez, de Computación e Informática, estudiantes de la Universidad de Costa Rica. Ellos se reúnen en el colegio de Rincón Grande para ofrecer un espacio de aprendizaje y recreación basado en la educación popular.
“Este distrito tiene muchos problemas sociales y no es casualidad que sea acá el lugar en donde se concentra la mayor población que no sabe leer ni escribir. Yo soy de acá y he vivido cómo a la gente le incomoda y le da vergüenza su estado educativo”, comenta la coordinadora Rodríguez.
En Pavas son más de 1200 personas que no saben leer ni escribir; San José tiene el segundo lugar de población analfabeta con un 20% del total, superado por Alajuela con un 24%.
Ambos coordinadores admiten que su grupo no es representativo del grado de analfabetismo en la zona. Según Rodríguez, son muchos factores secundarios como el machismo o la vergüenza que alejan a las personas adultas analfabetas de las aulas.
Durante dos horas, Ana y Marcos explican cómo se forman las palabras. Ana se coloca frente a la pizarra y escribe sílabas. Las mismas que hace un momento repartió en pedazos de cartón a los y las estudiantes sobre sus pupitres.
-¿Quién tiene la sílaba ‘pi’? -pregunta. María levanta la mano.
-¿Quién tiene ‘tu’ y ‘fo’? -vuelve a preguntar Ana.
-¿Qué dice todo junto? -¡Pitufo! -contestan todos y se echan a reír. Más allá de las letras, cinco estudiantes encuentran en esta iniciativa estudiantil un espacio de relajación y de compartir en compañerismo.
“Un día fui al San Juan de Dios y me tocaba una letra, la B4, y cuando llegué pude reconocerla”, dice la estudiante Margarita Obregón muy contenta, quien ha dicho que próximamente irá a la escuela para “aprender más”.
Ana y Marcos han llevado a cabo 16 talleres. En ellos tratan de concientizar sobre problemáticas sociales de la zona a través de experiencias que los y las estudiantes externan.
“Ellos vieron la necesidad de educarse para mejorar su comunidad. Por ello, vemos en la educación popular las bases para entrar a esta sociedad”, asevera el coordinador universitario Marcos Vega.
El programa terminará el 17 de octubre y la meta será que los 5 integrantes del grupo tengan las bases y los recursos para seguir el aprendizaje por su cuenta.
“Queremos sugerirle a otros estudiantes de la Universidad que vengan a continuar este proyecto que ya empezamos. Hay mucho por hacer”, expresan los responsables de esta iniciativa.
Por motivos de presupuesto y reglamento de las Iniciativas Estudiantiles, los talleres cesarán este año. De ahí que se motiva e invita a más estudiantes de la Universidad para que reformulen este proyecto y lo retomen el año siguiente y así continuar brindando esperanzas a esta comunidad.
La IV convocatoria de proyectos de Iniciativas Estudiantiles termina este 12 de setiembre. Para más información puede escribir a iniciativasestudiantiles.vas@ucr.ac.cr ó marian.buzo@ucr.ac.cr
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