TCU lleva clubes de ciencia a niños y niñas de distintas zonas del país
El TCU le enseña a los niños y niñas que no se necesita de muchos materiales o de elementos complicados para estudiar la ciencia, sino que, con cosas que se pueden encontrar en el hogar es posible estudiarla y aprender de ella. Fotografía tomada del Facebook de Parque La Libertad. Fotografía tomada del Facebook de Parque La Libertad.
El Trabajo Comunal Universitario (TCU) Promoción de la enseñanza de la ciencia y tecnología de alimentos (TC-8) de la Universidad de Costa Rica (UCR) realiza pequeños clubes de ciencia en las Sedes Regionales de la Universidad por medio de los Campamentos de Desarrollo Humano. Además desarrolla actividades durante la Semana Universitaria que permiten conocer sobre distintos procesos como la producción del queso, chocolate, jugo, galletas y demás productos, por medio de una fábrica que combina la ciencia con el arte.
Yorleny Araya Quesada, coordinadora del proyecto, menciona que “como TCU queríamos tener una actividad constante, ya que trabajamos con una edad en la que la persona se encuentra en constante formación por lo que hay que darle información gotita a gotita. Por eso hace dos años decidimos llevar los clubes de ciencia al Parque la Libertad”.
El Parque la Libertad, es una iniciativa del Ministerio de Cultura y Juventud que busca mejorar la calidad de vida de las comunidades aledañas mediante su desarrollo económico, social y ambiental. El Club Pequeños Científicos se ha convertido en una manera de “motivar a los niños a estudiar e incentivar la curiosidad por la ciencia”, indicó Araya.
Paula Solano, estudiante de la carrera de Ingeniería de Alimentos e integrante del TCU, menciona que “vamos a una zona donde tal vez no todos los chicos tienen el acceso a este tipo de oportunidades, entonces llevar estos experimentos y ver las caras de asombro es algo muy bonito, donde todos nos divertimos, compartimos y aprendemos”
En el club, los niños se reúnen cada semana y realizan experimentos e investigaciones en torno a un tema con la guía de estudiantes universitarios de Física, Química, Comunicación, Archivística, Medicina, Tecnología de Alimentos, Educación Preescolar, Microbiología, Educación Especial, Farmacia, Bibliotecología, Artes y otras.
Los proyectos que desarrollan los niños y niñas se dividen en varias etapas, en las cuales se prepara un cartel, un folder con información bibliográfica, un experimento y una exposición que será presentada al finalizar el curso en una actividad de cierre. “Estos pasos se realizan con el propósito de que los niños, a la vez, aprendan sobre todas las etapas de un proceso de investigación y aunque muchos no saben leer han podido llevar los registros por medio de dibujos”, agregó Araya.
Parte de la importancia de este proyecto está en que, “estos espacios son buenos para los niños, porque los despeja, los relaja, se divierten y es bonito ver como siempre preguntan y se emocionan con lo que les enseñamos.... Además, yo creo que la ciencia siempre nos saca ese niño que llevamos dentro y aunque este taller es para ellos todos lo disfrutamos y nos divertimos”, expresó Solano.
Actualmente el proyecto ha realizado el club con 8 grupos distintos y esperan llegar, durante las vacaciones de fin de año, al Centro Cívico por la Paz, ubicado en Agua Zarcas de San Carlos, pues según la coordinadora, el objetivo que se han planteado es “llevar el TCU fuera del Gran Área Metropolitana y que todos tengan acceso”.
El TCU nace en el año 1990 ante el interés de funcionarios del Ministerio de Educación Pública (MEP), por ofrecer cursos de Tecnología de Alimentos en colegios académicos de secundaria.
Durante sus primeros años, el TCU ofreció un curso básico de procesamiento y manipulación de alimentos a profesores y profesoras de educación para el hogar y con el paso de lo años ha recibido diversas solicitudes para capacitar a docentes de colegios agropecuarios, estudiantes de colegios técnicos, personal de pequeñas agrupaciones que procesan alimentos, instituciones estatales como el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), CEN-CINAI, y organizaciones no gubernamentales como el Hogar Crea y Roblealto.
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