Universidad y comunidades sureñas colaboran para empujar la carreta del desarrollo en Golfito
El coro de Adultos Mayores es parte del proyecto de fortalecimiento de las artes, del Recinto de Golfito. Foto: Mauricio Sanabria.
Desde las instalaciones de uno de los recintos más jóvenes de la Universidad de Costa Rica (UCR), en Golfito, ubicadas en las antiguas oficinas de la United Fruit Company, docentes y estudiantes aprovechan cada uno de los recursos disponibles para vincularse con las comunidades que les rodean, a través de dieciséis proyectos de acción social.
Iniciativas culturales, educativas, de salud y vinculadas a grupos productivos de la región impulsan un futuro mejor para el sur del país, en procesos colaborativos impulsados por las comunidades y la universidad. Los proyectos se llevan a cabo en Golfito y en cantones aledaños como San Vito, Buenos Aires y Río Claro.
Un año después de la fundación del recinto en el año 2006, se inscribió allí el primer proyecto de acción social, enfocado en la promoción del arte y la cultura. Posteriormente, surgió el Trabajo Comunal “Centro de Promoción Cultural del Pacífico Sur” (TC-589) que funciona hasta el día de hoy.
Ana Patricia Rojas coordina los procesos de acción social en el recinto y cuenta que los primeros proyectos respondieron a la disponibilidad de docentes en la zona pero que poco a poco han crecido y actualmente se dirigen a las solicitudes de apoyo o procesos que desarrollan las comunidades. “Constantemente recibimos solicitudes de las comunidades, de grupos organizados, que nos indican que requieren capacitaciones, apoyo de un TCU, etc. y buscamos cómo resolver el apoyo”.
Según Rojas, fue a partir de los esfuerzos universitarios por profundizar la regionalización de la acción social que surgieron más iniciativas, algunas dirigidas a fortalecer los emprendimientos en la zona, la agricultura y el turismo, preservar los recursos naturales en un entorno de gran riqueza natural, apoyar procesos productivos y educativos junto a comunidades indígenas, e impulsó la creación de una Casa de Idiomas, que abrió sus puertas este mismo año.
De esta forma, con el tiempo y por iniciativa de docentes, estudiantes y grupos organizados en las comunidades aledañas han nacido distintos proyectos, entre los que se encuentra una ya establecida Etapa Básica de Música - Rondalla integrada por estudiantes y jóvenes de la localidad, un sistema de educación continua y otro de formación para el emprendimiento que atienden población de todas las edades, campamentos de desarrollo humano para niñas, niños y jóvenes y muchos más.
Rojas comenta que debido a las particularidades que enfrentan como: largas distancias a las comunidades de influencia, cercanía con poblaciones rurales, zona fronteriza y comunidades indígenas, aunado al abandono histórico que ha sufrido la región, todo esfuerzo cuenta y la universidad en conjunto con las comunidades, busca dar respuesta a las necesidades que se identifican, con los recursos disponibles.
John Ramírez, quien tiene a cargo el proyecto Fortalecimiento de las artes desde el Recinto de Golfito (EC-459), comentó que hacer acción social desde la sede no es solamente retribuir a la comunidad, sino, junto a las comunidades “empujar la carreta”. Es por eso que el reconocimiento, promoción y valorización de la música costarricense y local, es un objetivo central de su trabajo.
María José Rodríguez, profesora a cargo de los proyectos Fomento de la comercialización del recurso piangua por parte de la Asociación de Piangueros de Purruja (ED-3128) y Educación Continua desde el Recinto de Golfito (ED-3332), comentó que al personal docente de la sede se le facilita hacer acción social por la vinculación con las comunidades. “Se nos hace fácil llegar a líderes comunales, relacionarnos con grupos y recoger ideas; tenemos una gran ventaja de estar en la zona y tener contacto con Golfito, Puerto Jiménez, territorios indígenas y zonas costeras porque estamos aquí y estamos en constante comunicación”.
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