Las matemáticas se van de campamento
Las actividades integraron el deporte y el movimiento en la solución de problemas matemáticos. Foto: Angélica Castro.
Dos días, veinte profesores y profesoras y muchos juegos y actividades para enseñar y aprender matemáticas, pero hacerlo disfrutando. Así se puede resumir el “Campamento didáctico para la mediación pedagógica en la enseñanza de las matemáticas para una ciudadanía planetaria”, realizado el 24 y 25 de agosto en la Estación Experimental de Ganado Lechero Alfredo Volio Mata.
El campamento forma parte del proyecto de Extensión Docente “Matemática Activa y Creativa” (ED-2425), que se enfoca en promover la enseñanza de la matemática mediante actividades lúdicas.
La actividad se realiza en coordinación con la Escuela de Formación Docente de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Ministerio de Educación Pública (MEP), la Escuela de Matemáticas del Tecnológico de Costa Rica (TEC), la Universidad Nacional (UNA) y la Fundación Omar Dengo (FOD).
“Si yo me lo imagino como una lluvia, echar unas gotitas de agua en diferentes plantas, nosotros hemos, usándolo como metáfora, tratado de hacer un aguacero” ilustró la Dra. María Marta Camacho Álvarez, coordinadora del proyecto.
El campamento de este año es continuación del realizado en 2016, pues cuenta con muchas de las misma personas participantes. El grupo se conforma de docentes de la zona San José Central, elegidos principalmente por su afición y entusiasmo.
En esta ocasión los contenidos se enfocaron en la relación de las matemáticas con la tecnología. Elmer Ramírez Chávez, asesor regional de San José Central del MEP y la mente creativa detrás de las actividades, explicó que esto va desde el uso adecuado de un cartel hasta el uso didáctico de las aplicaciones móviles.
“Lo que se quiere es que las experiencias de campamento se transfieran al campo didáctico del docente, para que se complemente la parte de formación permanente, pero que al mismo tiempo tengan esa oportunidad de esparcimiento, de relajación, de jugar, de entretenerse físicamente, sin salirnos del marco teórico y práctico de las matemáticas” agregó Ramírez.
“Del año pasado para acá fue excelente” cuenta Marvin Hernández Hernández, profesor de matemáticas del Colegio Ricardo Fernández Guardia en San Sebastián, participante en ambos campamentos. “Primero ya llegué más contento a dar clases, cambié mi cara, mi actitud y eso me dio una gran ayuda, porque aquí me enseñaron precisamente que primero hay que cambiar la cara para que haya un cambio de actitud de los muchachos” explicó con una sonrisa.
Para Wendy Campos Guevara, profesora del Colegio Técnico Profesional de Granadilla y del Colegio Nocturno La Unión, la experiencia ha sido muy similar. “He aprendido las maravillas que uno puede hacer, que a veces uno cree que no hay tiempo y que el sistema lo va a absorber. Sin embargo, con solo tomar dos lecciones y hacer una actividad diferente ya captaste la atención del alumno por el resto del mes o por el resto del trimestre” contó animada.
María Marta Camacho confirmó que ya han visto los frutos del primer campamento, por ejemplo, una actividad en el cantón de Aserrí donde los docentes representaron una feria de pueblo, todo con conceptos matemáticos.
“Estamos tratando de conectar con otras universidades para que ellos vean el fruto de este evento y digan ‘la verdad es que si vale la pena, porque se ve una formación’ detalló. En 2018 esperan poder arrancar con un grupo nuevo y más grande, darle oportunidad a más personas.
La labor es muy importante, para una materia que vive con el tabú de ser la más difícil, la que no se entiende, con la que no se puede. “La matemática es cotidiana, no es solamente para prepararse para un exámen o para un bachillerato, no, no. Es para desarrollarla todos los días y a cada instante” concluyó optimista Ramírez.
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